Introducción
La eyaculación dolorosa, también conocida como disorgasmia u orgasmalgia, es una afección clínica relativamente frecuente pero poco conocida.
El dolor al eyacular es, en la mayoría de los casos, un dolor postorgásmico, ya que puede darse incluso en hombres que ya no pueden eyacular, como los que se han sometido a una prostatectomía radical, procedimiento en el que se extirpa todo el tracto eyaculatorio (próstata, vesículas y conductos eyaculatorios).
Varios estudios sugieren que la prevalencia del dolor post-eyaculación es del 1 al 10 % en la población general; sin embargo, cuando aislamos solo el grupo de hombres que sufren prostatitis crónica, la prevalencia de la disorgasmia alcanza hasta el 75 %.
En este artículo no nos ocuparemos de la cefalea orgásmica, que es un dolor de cabeza que aparece después del coito. Esta condición se tratará en otro artículo.
Causas
Hay una multitud de factores implicados en la eyaculación dolorosa. Aunque pocas son mortales, la mayoría suelen tener un impacto significativo en la calidad de vida del individuo, dado que la disorgasmia suele reducir la autoestima y el deseo sexual del paciente.
Las principales causas de dolor al eyacular son:
- Uretritis.
- Prostatitis.
- Epididimitis.
- Orquitis.
- Prótesis de pene.
- Cáncer de vejiga.
- Tumor intraabdominal.
- Cáncer de próstata.
- Hernia inguinal.
- Cálculos en la vejiga.
- Cálculos en la vesícula seminal o en los conductos eyaculatorios.
- Neuropatía pudenda.
- Hiperplasia prostática benigna.
- Estenosis uretral.
- Espasmo de la musculatura pélvica.
- Prostatectomía radical.
- Vasectomía.
- Medicamentos (antidepresivos tricíclicos, inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO) y antipsicóticos).
- Causas psicológicas.
Identificar la causa de la eyaculación dolorosa es importante porque el tratamiento de la enfermedad subyacente suele curar la disorgasmia.
Síntomas
La disorgasmia suele comenzar justo antes o durante la eyaculación, y el dolor puede durar desde 1 minuto hasta 24 horas. La gravedad del dolor después de la eyaculación puede variar desde una pequeña molestia hasta un dolor insoportable.
Aunque es más frecuente en el pene, el dolor puede producirse en cualquier parte del territorio inervado por el nervio pudendo, incluidos los testículos, el escroto, el perineo y la región perianal.
Dependiendo de la causa de la disorgasmia, pueden presentarse otros síntomas. Por ejemplo, en la disorgasmia causada por afecciones infecciosas, como la uretritis, son frecuentes síntomas como el dolor al orinar (disuria) y la secreción uretral purulenta.
En los casos de prostatitis, además de la disorgasmia, el paciente puede presentar fiebre, dolor al orinar, dolor pélvico y orina turbia.
Cuando la eyaculación dolorosa está causada por un cuadro de epididimitis, el paciente también se queja de dolor e hinchazón en el escroto, generalmente en uno solo de los testículos. Otros síntomas comunes son dolor al orinar, aumento de la frecuencia de la micción, eyaculación con sangre y fiebre.
También puede haber eyaculación sanguinolenta (hematospermia) en casos de uretritis, prostatitis, cálculos en la vesícula seminal o en el conducto espermático y tumores del aparato reproductor.
Si el dolor eyaculatorio se produce durante el coito, pero no cuando el paciente se masturba, la causa puede ser psicogénica. Si el paciente tiene síntomas de depresión o trastorno de ansiedad, debe considerarse el origen psicológico.
Los traumas psicológicos derivados de la infancia o los abusos sexuales, las dificultades en las relaciones y los problemas de imagen corporal se han asociado a la dispareunia o la disorgasmia en los hombres. El sentimiento de culpa por el placer sexual puede provocar a veces dolor en las relaciones sexuales. Esto se expresa con mayor frecuencia en pacientes con antecedentes religiosos o culturales estrictos que manifiestan sentimientos negativos hacia el orgasmo.
La eyaculación dolorosa puede tener un impacto significativo en la calidad de vida, afectando negativamente a la autoestima del paciente y reduciendo su deseo de mantener relaciones sexuales. Entre los hombres que declaran una eyaculación dolorosa, el 90 % considera que esta condición es un problema de salud grave.
Diagnóstico
El diagnóstico del dolor eyaculatorio puede ser sencillo, cuando la causa es una infección evidente, o más difícil de realizar, como en los casos de neuropatía pudenda, síndrome de dolor pélvico crónico o cuando las causas son psicológicas.
Para investigar las causas infecciosas de la eyaculación dolorosa, se puede tomar una muestra de semen y otra de orina después de la eyaculación. Se puede realizar un hisopo uretral para ver si hay infección en la uretra.
Las pruebas de imagen, como la ecografía, la tomografía computarizada o la resonancia magnética, ayudan en los casos de tumores, cálculos, neuropatía pudenda y enfermedades de la próstata.
También se puede hacer un examen para visualizar el interior de la vejiga y la uretra, llamado cistoscopia.
Tratamiento
El tratamiento de la disorgasmia depende de la causa. Ejemplos:
Si la causa es una infección (orquitis, epididimitis, prostatitis o uretritis), el tratamiento debe ser con los antibióticos adecuados.
Si la causa es la hiperplasia prostática benigna o las complicaciones de una prostatectomía radical, puede utilizarse el fármaco tansulosina.
Si el paciente tiene un cálculo seminal, puede realizarse una vesiculoscopia seminal transuretral para eliminar el cálculo.
Si la paciente utiliza medicamentos relacionados con la disorgasmia, debe considerarse la posibilidad de interrumpirlos.
El médico especialista que investiga y trata la disorgasmia es el urólogo.
Referencias
- Painful ejaculation – BJU International.
- Retrograde ejaculation, painful ejaculation and hematospermia – Translational andrology and urology.
- Painful Ejaculation – An Ignored Symptom – Cureus.
- Epidemiology and etiologies of male sexual dysfunction – UpToDate.
- Male dyspareunia – UpToDate.
Autor(es)
Médico licenciado por la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), con títulos de especialista en Medicina Interna por la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) y de Nefrología por la Universidad Estadual de Río de Janeiro (UERJ) y por la Sociedad Brasileña de Nefrología (SBN). Actualmente vive en Lisboa, Portugal, tiene títulos reconocidos por la Universidad de Oporto y por el Colegio de Nefrología de Portugal.
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