Glaucoma: síntomas, tipos, causas y tratamiento

Dr. Pedro Pinheiro
Dr. Pedro Pinheiro & Dr. Renato Oliveira

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Glaucoma: síntomas, tipos, causas y tratamiento

Tiempo estimado de lectura del artículo: 4 minutos

¿Qué es el glaucoma?

El glaucoma no es una sola enfermedad, sino más bien un grupo de enfermedades que dan como resultado daño al nervio óptico, el responsable de llevar los estímulos visuales recibidos por los ojos al cerebro.

Con el nervio óptico lesionado, las imágenes tomadas por los ojos no llegan al cerebro y el resultado es la ceguera.

El glaucoma es la principal causa de ceguera irreversible en el mundo. La ceguera por catarata es más común que por el glaucoma, pero es una causa de ceguera reversible (Lea también: Catarata: qué es, Síntomas y Tratamiento).

Causas

Un aumento de la presión intraocular, es decir, la presión dentro de los ojos, es la principal causa de glaucoma, sin embargo, no es la única. Existen casos de glaucoma en los que la presión intraocular es normal.

Vamos a entender qué es la presión intraocular. Sigue la figura a continuación.

Glaucoma

Entre la córnea y el cristalino se encuentra una cavidad que se llena con un líquido llamado humor acuoso. El humor acuoso se produce constantemente y es drenado, por lo que su volumen y presión siempre se mantienen constantes.

Cuando hay algún disturbio en este ciclo, ya sea mediante el aumento de la producción de humor acuoso, o una disminución de su drenaje, el aumento de líquido en esta cavidad provoca un aumento en la presión dentro de los ojos.

La presión intraocular normal varía entre 8 y 21 mmHg. Cuando esta llega a ser superior a 21 mmHg, comienza el riesgo de daño al nervio óptico.

El problema del glaucoma es el hecho de ser una enfermedad silenciosa, ya que el simple aumento de la presión intraocular no es capaz de provocar síntomas.

Diferencia entre glaucoma de ángulo abierto y glaucoma de ángulo cerrado

El humor acuoso que circula en la cavidad anterior del ojo se drena constantemente a través de un tejido poroso, como un tamiz, llamado malla trabecular.

El glaucoma de ángulo cerrado ocurre cuando hay una obstrucción física en la malla trabecular y, consecuentemente, el drenaje de este líquido. En el glaucoma de ángulo abierto, la malla trabecular está libre de obstrucciones, pero su capacidad de drenaje está reducida.

Para facilitar la comprensión, imagina la malla trabecular como la rejilla del fregadero y el agua del grifo abierto como la producción del nuevo humor acuoso.

El glaucoma de ángulo cerrado es similar a lo que ocurre cuando, de repente, pusimos una tapa en la rejilla e impedimos por completo el drenaje de agua.

Ya el glaucoma de ángulo abierto sería un caso en el que la abertura de la rejilla del fregadero está libre, pero hay algún grado de obstrucción de las tuberías, impidiendo el drenaje completo del agua, haciendo que esta poco a poco va subiendo de nivel.

El glaucoma de ángulo cerrado agudo (que ocurre repentinamente) es una emergencia médica porque la presión intraocular se eleva rápidamente y, en cuestión de horas, puede destruir el nervio óptico, llevando a la pérdida irreversible de la visión.

Síntomas

El glaucoma es una enfermedad peligrosa porque generalmente no causa síntomas en las etapas iniciales.

Solo cuando la presión ocular es muy alta, generalmente superior a 40 mmHg, el paciente puede experimentar dolor en los ojos y la cabeza. Esto ocurre con mayor frecuencia en los glaucomas de ángulo cerrado.

La ceguera provocada por el glaucoma también puede ser insidiosa, ya que suele presentarse de forma lenta y desde fuera hacia dentro, es decir, afecta primero al campo de visión periférico y progresivamente se vuelve más central, como en la siguiente ilustración.

Evolución de la pérdida de la visión de glaucoma
Evolución de la pérdida de la visión de glaucoma

A veces, el proceso de pérdida de la visión es tan gradual que el paciente solamente nota estar quedándose ciego en estadios avanzados de glaucoma.

Los principales síntomas de glaucoma agudo de ángulo cerrado son:

  • Fuerte dolor en los ojos.
  • Náuseas y vómitos.
  • Visión borrosa.
  • Ojos rojos.
  • Disminución de la visión, especialmente si hay poca luz.

El glaucoma de ángulo cerrado puede ocurrir también de modo crónico, cuando la obstrucción de la malla trabecular se produce de modo progresivo. En este caso, la evolución es más lenta, como el glaucoma de ángulo abierto.

En el glaucoma de ángulo abierto, como ya hemos dicho, el cuadro es insidioso, progresando lentamente sin causar síntomas hasta fases avanzadas de la enfermedad, cuando el paciente nota estar perdiendo la visión.

Factores de riesgo

  • Presión intraocular elevada: la gran mayoría de los casos de glaucoma es asociada a la hipertensión ocular; sin embargo, por razones todavía no claras, existen casos de lesión del nervio óptico, incluso con la presión intraocular normal.
  • Raza negra: no se sabe el motivo, pero los negros tienen de 6 a 8 x más posibilidades de desarrollar glaucoma que los blancos. Además, el glaucoma en negros generalmente es más grave.
  • Edad: todas las personas con más de 60 años presentan mayor riesgo de desarrollar glaucoma. Los negros deben comienzan a tener su presión del ojo evaluada a partir de los 30 años.
  • Historia familiar de glaucoma: personas con un pariente de primer grado con glaucoma están hasta 6 veces más propensas de también desarrollar la enfermedad.
  • Diabetes: pacientes diabéticos parecen tener un mayor riesgo de desarrollar glaucoma.
  • Uso crónico de corticoides: el uso de fármacos de la clase de los glucocorticoides durante más de 2 o 3 semanas, principalmente en forma de colirio, se relaciona con un aumento de la presión intraocular.

Diagnóstico

Como es una enfermedad silenciosa, solamente una evaluación con el oftalmólogo es capaz de identificar el glaucoma en etapas tempranas, que es esencial para evitar una lesión permanente del nervio óptico. Durante la evaluación del glaucoma, tu oftalmólogo debe realizar varias pruebas diferentes para alcanzar el diagnóstico.

Generalmente, la primera prueba, la tonometría, se utiliza para medir la presión intraocular. Esta prueba debe realizarse rutinariamente en cada consulta con un oftalmólogo. Como ya se mencionó, la presión ocular normal varía entre 8 y 21 mmHg.

El examen del fondo de ojo, o fundoscopia, se lleva a cabo para evaluar el nervio óptico. Del mismo modo, la retinografía o estereofoto de papila es un examen en el que se realizan fotografías del nervio óptico para la mejor evaluación y comparación posterior con los futuros exámenes.

La campimetría se utiliza para evaluar si existen defectos en el campo visual causados por lesión del nervio óptico. Este examen es importante en el diagnóstico y seguimiento de la enfermedad. Debe realizarse al menos una vez al año.

La gonioscopia es la prueba que distingue el glaucoma de ángulo abierto del glaucoma de ángulo cerrado.

La tomografía de coherencia óptica (TCO) es actualmente la mejor prueba para evaluar la capa de fibras nerviosas. Le permite ver con precisión si ha habido una pérdida de estas células y evaluar si la enfermedad está progresando.

La paquimetría mide el grosor de la córnea. Cuanto más gruesa es la córnea, mayor es la presión medida por tonometría. A veces, una persona tiene presión ocular falsamente alta simplemente porque su córnea es gruesa y no porque tenga glaucoma. También ocurre lo contrario. La persona tiene una córnea muy delgada, el dispositivo de tonometría mide una presión normal, pero en realidad esta presión está causando glaucoma.

Tratamiento

El glaucoma no tiene cura y las lesiones existentes no son reparadas. Por lo tanto, el objetivo del tratamiento del glaucoma es reducir la hipertensión ocular y evitar mayores daños al nervio óptico.

Aunque no podemos revertir los cambios existentes, el tratamiento puede retrasar o prevenir la aparición de nuevos cambios glaucomatosos. Para ello, debemos reducir la presión ocular (PIO) del individuo glaucomatoso a un valor denominado PIO objetivo.

La PIO objetivo es aquel en el que no hay progresión del daño al nervio óptico y al campo visual. Este PIO varía de un individuo a otro y de acuerdo con la etapa de la enfermedad. Por lo tanto, las personas con glaucoma leve tendrán una PIO objetivo más alta que las personas con glaucoma avanzado, donde la PIO objetivo debería ser muy baja.

El mejor tratamiento se realiza con colirios para los ojos. La clase más usada son los betabloqueantes, como el timolol. Otras opciones son los agonistas alfa como la brimonidina, los inhibidores de la anhidrasa carbónica, como dorzolamida y acetazolamida, o las prostaglandinas, como la latanoprosta.

En casos más severos, cuando los colirios ya no más actúan, o en glaucomas de ángulo cerrado, la cirugía puede ser necesaria para limpiar el drenaje del humor acuoso.


Referencias


Autor(es)

Médico licenciado por la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), con títulos de especialista en Medicina Interna por la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) y de Nefrología por la Universidad Estadual de Río de Janeiro (UERJ) y por la Sociedad Brasileña de Nefrología (SBN). Actualmente vive en Lisboa, Portugal, tiene títulos reconocidos por la Universidad de Oporto y por el Colegio de Nefrología de Portugal.

El Dr. Renato Oliveira es oftalmólogo egresado de la Universidad Federal de Rio de Janeiro (UFRJ) con especialización en Córnea y Enfermedades Oculares Externas de la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp). Es miembro del Consejo Brasileño de Oftalmología y de la Sociedad Brasileña de Catarata y Cirugía Refractiva.

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