10 signos y síntomas de la leucemia

Dr. Pedro Pinheiro
Dr. Pedro Pinheiro

2 comentarios

Leucemia

Tiempo estimado de lectura del artículo: 3 minutos

¿Qué es la leucemia?

La leucemia es uno de los tipos de cáncer más comunes, y puede acometer desde niños hasta personas longevas.

La leucemia generalmente comienza en los leucocitos (glóbulos blancos de la sangre), que son las células de nuestro sistema inmunológico responsables por el combate a gérmenes invasores.

Existen cuatro tipos principales de leucemia, clasificadas según el tipo de leucocito afectado:

  • Leucemia mieloide aguda (LMA).
  • Leucemia mieloide crónica (LMC).
  • Leucemia linfocítica aguda (LLA).
  • Leucemia linfocítica crónica (LLC).

¿Cómo la leucemia afecta el organismo?

Antes de seguir con los síntomas de la leucemia, se hace necesaria una breve explicación sobre el papel de los leucocitos saludables y de los leucocitos enfermos en la leucemia.

La producción de leucocitos se lleva a cabo en la médula ósea. En individuos saludables estas células son producidas de forma ordenada y controlada, de acuerdo a las necesidades del sistema inmunológico. En la leucemia, una célula sufre mutación, tornándose diferente de los demás leucocitos, pasando a multiplicarse de forma desordenada e incontrolable.

Los leucocitos son las células de defensa responsables por combatir los gérmenes invasores. Siempre que hay una infección, principalmente de origen bacteriana, la médula ósea aumenta su producción para que el cuerpo tenga mayor capacidad de defenderse.

Nuestra sangre posee un promedio de 4.000 y 11.000 leucocitos en cada mililitro. Cuando hay una infección, este número puede sobrepasar las 20.000 células por mililitro. Esta elevación de los leucocitos recibe el nombre de leucocitosis y es una respuesta natural del organismo a las infecciones: (lea: ¿Qué significan leucocitosis y neutrofilia?).

La leucemia es un cáncer que surge en la médula ósea, provocando la producción descontrolada de leucocitos. Al contrario de la leucocitosis que surge en las infecciones, la leucocitosis de la leucemia es un evento anormal y dañino.

Los leucocitos de la leucemia son atípicos, incapaces de combatir agentes infecciosos. Si en las infecciones es común que los leucocitos alcancen alrededor de las 20.000-30.000 células/mL, en las leucemias este número sobrepasa fácilmente las 60.000 células/mL, pudiendo llegar a más de 100.000 células/mL.

El leucocito que sufre la transformación maligna, esto es, que se torna cáncer, pasa a multiplicarse de forma descontrolada, ocupando toda la médula ósea, y puede extravasarse hacia la sangre y otros órganos.

Existen las leucemias agudas, que son las que presentan multiplicación y agresividad mayores, y las leucemias crónicas, que presentan una evolución más lenta, pudiendo demorar años hasta que surjan los primeros síntomas.

Hecha esta breve explicación, podemos pasar a la parte de las señales y síntomas de la leucemia.

Síntomas de la leucemia

Los principales signos y síntomas de la leucemia son:

  • Fiebre.
  • Sudores nocturnos.
  • Pérdida de peso.
  • Agrandamiento de los ganglios linfáticos.
  • Agrandamiento del bazo.
  • Cansancio.
  • Anemia.
  • Hemorragias.
  • Manchas moradas en la piel.
  • Dolor de huesos

Fiebre

La fiebre en la leucemia puede ser causada por una infección oportunista que se aprovecha del hecho de que los leucocitos están enfermos e incapaces de defender al organismo. El paciente con leucemia queda más susceptible a las infecciones. Sin embargo, lo más común es que la fiebre tenga origen en la propia leucemia.

La fiebre de la leucemia generalmente dura varios días y tiene origen oscuro, es decir, no se logra encontrar una causa para la misma. Esta fiebre puede ser alta y venir acompañada de escalofríos.

Síntomas B

Algunos pacientes con enfermedades malignas de la sangre, como linfomas y las leucemias, pueden presentar los llamados síntomas B, que es una triada compuesta por fiebre, sudores nocturnos y pérdida de peso no intencional.

Aumento de los linfonodos

La aparición de ganglios indoloros, principalmente en las regiones del cuello, axilas, clavícula y en la fosa del codo son un síntoma común de la leucemia, principalmente de la leucemia linfocítica aguda (LLA) y de la leucemia linfocítica crónica (LLC), donde más del 50% de los pacientes presentan esta alteración. En la leucemia mieloide aguda (LMA), el aumento de los linfonodos es poco común.

Aumento del bazo

El bazo es una especie de linfonodo gigante, cuya principal función es destruir las células sanguíneas viejas, defectuosas y de mal funcionamiento. El aumento del tamaño del bazo es muy poco común en las formas LMC, LLA y LLC, pudiendo provocar dolor en el cuadrante superior izquierdo del abdomen.

Cansancio y anemia

Como la proliferación de células cancerígenas es gigantesca, las mismas acaban ocupando toda la médula ósea, dificultando la producción de otras células importantes de la sangre, como los hematíes (glóbulos rojos). La disminución en la producción de hematíes lleva a la anemia, que a su vez provoca síntomas como cansancio, astenia, intolerancia a los esfuerzos y palidez cutánea.

Sangramiento y manchas moradas en la piel

Así como la ocupación de la médula por las células leucémicas provoca la disminución en la producción de los hematíes, lo mismo ocurre con las plaquetas, otro tipo de célula sanguínea producida en la médula ósea.

Como las plaquetas son las células responsables por el proceso inicial de la coagulación de sangre, es común que los pacientes con plaquetas bajas presenten sangramientos, principalmente en la encía, y moretones (manchas moradas en la piel). También pueden aparecer petequias, que son múltiples puntos pequeños de color rojo en la piel.

Dolor en los huesos

Como la médula ósea queda dentro de los huesos, la expansión de clones malignos de leucocitos dentro de la misma puede provocar dolores óseos. Otra causa de dolor óseo es la metastatización del cáncer al hueso, causando destrucción de los mismos.

La mayoría de los síntomas descritos arriba ocurren en las formas agudas de la leucemia. Generalmente, las leucemias crónicas son identificadas en el laboratorio, a través de hallazgo de una leucocitosis desproporcional al estado clínico. Muchos pacientes descubren una leucemia crónica antes de tener manifestaciones clínicas de la enfermedad.


Referencias


Autor(es)

Dr. Pedro Pinheiro

Médico licenciado por la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), con títulos de especialista en Medicina Interna por la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) y de Nefrología por la Universidad Estadual de Río de Janeiro (UERJ) y por la Sociedad Brasileña de Nefrología (SBN). Actualmente vive en Lisboa, Portugal, tiene títulos reconocidos por la Universidad de Oporto y por el Colegio de Nefrología de Portugal.

Sigue Leyendo

Artículos Similares

¿Tienes alguna duda?

COMENTARIOS Y PREGUNTAS

Leave a Comment