¿Qué es la enfermedad inflamatoria pélvica?
La enfermedad inflamatoria pélvica, también llamada EIP, es una infección de los órganos reproductores femeninos superiores, en particular del útero, trompas de Falopio y ovarios, con posible extensión a otras estructuras pélvicas y abdominales.
La EPI suele aparecer como complicación de una enfermedad de transmisión sexual, principalmente la clamidia o la gonorrea. Si no se tratan adecuadamente en el momento en que todavía están restringidas a la región vaginal, las bacterias que causan estas ETS pueden proliferar e invadir la parte superior del sistema reproductivo, provocando una infección en los órganos internos.
No hay datos sobre la realidad latinoamericana, pero en los Estados Unidos la enfermedad pélvica inflamatoria afecta aproximadamente 1 millón de mujeres a cada año. Se estima que la enfermedad afecte entre el 2 % y el 10 % de las mujeres sexualmente activas. En España, se producen unos 15.000 casos de EIP al año.
En este artículo vamos a explicar qué es la enfermedad inflamatoria pélvica, cómo aparece, cuáles son sus factores de riesgo, los principales síntomas y las opciones de tratamiento.
Causas
Mientras que la vagina es una región naturalmente rica en bacterias, principalmente de la especie Lactobacillus, los órganos internos del aparato reproductor, como el útero, las trompas de Falopio y los ovarios, son estériles, no tienen gérmenes en su interior.
La flora bacteriana natural de la vagina actúa como una barrera protectora porque crea un ecosistema poco atractivo para otros tipos de bacterias. La infección del canal vaginal por bacterias de transmisión sexual puede romper esta barrera protectora, poniendo los órganos internos en riesgo de invasión.
Las bacterias Neisseria gonorrhoeae y Chlamydia trachomatis, ambas transmitidas sexualmente, son las principales causas de enfermedad inflamatoria pélvica. Bacterias como el Mycoplasma genitalium, Escherichia coli, Bacteroides fragilis, Estreptococos del grupo B y Campylobacter spp también pueden causar EIP, pero representan menos del 15 % de los casos.
Aproximadamente el 15 % de las mujeres infectadas con gonorrea o clamidia termina desarrollando enfermedad inflamatoria pélvica. Aunque la infección vaginal por clamidia es más común, la EPI causada por la gonorrea suele ser más grave.
Factores de riesgo
Dado que se trata de una infección causada normalmente por bacterias de transmisión sexual, los principales factores de riesgo de la enfermedad inflamatoria pélvica acaban siendo similares a los de las ETS en general.
Las mujeres jóvenes con una vida sexual activa, especialmente si tienen varias parejas y sin preservativos, acaban siendo el grupo más afectado por la enfermedad inflamatoria pélvica.
Las mujeres célibes o monógamas cuyos maridos son fieles presentan un riesgo casi nulo. Sin embargo, las mujeres monógamas cuyos maridos o novios son promiscuos también corren un mayor riesgo.
En resumen, los principales factores de riesgo de la enfermedad inflamatoria pélvica son:
- Ya haber tenido una EIP (1 en 4 mujeres vuelve a tener un segundo episodio de EIP).
- Edad entre 15 y 25 años.
- Vida sexual activa.
- Múltiples compañeros.
- Hábito de tener relaciones sexuales sin condón.
- Tener una pareja infiel.
- Tener una ETS.
- Hábito de realizar ducha vaginal (la ducha empuja las bacterias hacia al interior de la vagina).
- Haber colocado un DIU recientemente (el riesgo sólo es mayor en las primeras 3 semanas después de la inserción del dispositivo).
Síntomas
Dependiendo de la bacteria que causa la enfermedad inflamatoria pélvica, el cuadro puede variar desde una infección aguda, con síntomas muy evidentes, hasta una infección más crónica, con síntomas discretos que persisten durante semanas o incluso meses.
En general, las EIP agudas son causadas por la bacteria Neisseria gonorrhoeae, mientras que las EIP subclínicas son causadas por la bacteria Chlamydia trachomatis.
Enfermedad inflamatoria pélvica aguda y sintomática
La EPI aguda y sintomática se caracteriza por un dolor abdominal o pélvico de aparición repentina. La intensidad del dolor varía, pero es muy común que empeore durante las relaciones sexuales. El empeoramiento del dolor durante o justo después de la menstruación es también muy sugestivo.
Otros síntomas comunes de la enfermedad inflamatoria pélvica aguda son:
- Flujo vaginal amarillento o verdoso y con olor fuerte (lea también: Tipos de Flujo Vaginal: Blanco, Amarillo, Marrón…)
- Sangrado vaginal fuera del periodo menstrual.
- Sangrado vaginal después del coito.
- Menstruación irregular.
- Disuria (dolor orinar).
- Fiebre superior a 38ºC.
- Dolor intenso al examen ginecológico.
Dos posibles complicaciones de la enfermedad inflamatoria pélvica aguda son el síndrome de Fitz-Hugh Curtis, que es la inflamación de la cápsula hepática (membrana que recubre el hígado), y la formación de un absceso tubo-ovárico, que es una masa inflamatoria que afecta a la trompa de Falopio, al ovario y ocasionalmente a otros órganos pélvicos adyacentes.
Enfermedad inflamatoria pélvica subclínica o crónica
La EPI puede presentarse con síntomas sutiles, con poco dolor, sin fiebre y un flujo discreto. A menudo, la mujer es incluso consciente de los síntomas, pero no son muy molestos y no busca consejo médico. Se estima que hasta el 60 % de los casos de EPI son subclínicos.
El hecho de que los síntomas sean leves no significa que la inflamación de los órganos sea inofensiva. Una de las principales complicaciones de la enfermedad inflamatoria pélvica es el daño a las trompas de Falopio y al útero, con el consiguiente desarrollo de infertilidad.
No es de extrañar, por tanto, que el diagnóstico de la EPI se haga a menudo mucho más tarde, cuando la mujer busca ayuda médica porque tiene dificultades para quedarse embarazada. Algunos estudios demuestran que hasta 1/3 de las mujeres con infertilidad tienen lesiones tubáricas o uterinas causadas por una enfermedad inflamatoria pélvica no diagnosticada.
Además de la infertilidad, el daño tubárico provocado por la enfermedad inflamatoria pélvica subclínica también aumenta el riesgo de embarazo ectópico. Otra complicación de las lesiones de la EPI es el desarrollo de dolor pélvico crónico, que puede durar meses o incluso años. Este dolor suele empeorar en el momento de la ovulación y durante las relaciones sexuales.
Diagnóstico
No hay ninguna prueba específica para diagnosticar la EIP. El diagnóstico generalmente se hace después de la evaluación de los datos obtenidos en la historia clínica, en el examen ginecológico, en los análisis de sangre y orina y en la evaluación del laboratorio del flujo vaginal.
En casos dudosos, el ultrasonido pélvico sirve para evaluar la presencia de inflamación o absceso en las trompas.
Tratamiento
El objetivo del tratamiento de la enfermedad inflamatoria pélvica es curar la infección antes de que pueda causar daños en los órganos reproductores.
El tratamiento se realiza preferentemente con antibióticos que son eficaces tanto contra la gonorrea como contra la clamidia. En principio, el tratamiento puede hacerse en casa con antibióticos orales o por vía intramuscular.
Hay varios esquemas posibles, enumeraremos solo algunas opciones:
- Ceftriaxona 250 mg intramuscular en dosis única + doxiciclina 100 mg, 2 veces al día, por vía oral, por 14 días.
- Cefoxitina 2 g intramuscular en dosis única + doxiciclina 100 mg, 2 veces al día, por vía oral, por 14 días.
- Ceftriaxona 250 mg intramuscular en dosis única + doxiciclina 100 mg, 2 veces al día, por vía oral, por 14 días + metronidazol 500 mg 2 veces al día, por vía oral, por 14 días.
- Cefoxitina 2 g intramuscular en dosis única + doxiciclina 100 mg, 2 veces al día, por vía oral, por 14 días + metronidazol 500 mg 2 veces al día, por vía oral, por 14 días.
- Ceftriaxona 250 mg intramuscular en dosis única + probenecid 1 g por vía oral, dosis única.
- Cefoxitina 2 g intramuscular en dosis única + probenecid 1 g por vía oral, dosis única.
- Cefoxitina 2 g intramuscular en dosis única + probenecid 1 g por vía oral, dosis única + doxiciclina 100 mg, 2 veces al día, por vía oral, por 14 días.
- Ofloxacina 400 mg, 2 veces al día, por vía oral, por 14 días + Metronidazol, 500 mg, 2 veces al día, por vía oral, por 14 días.
- Amoxicilina + Ácido Clavulánico, 1 g, 3 veces al día, por 14 días + doxiciclina 100 mg, 2 veces al día, por vía oral, por 14 días.
En algunos casos, la paciente debe ser hospitalizada para tratamiento intravenoso. Situaciones que indican hospitalización son:
- EIP durante el embarazo.
- Falta de respuesta al tratamiento en casa.
- Incapacidad para tomar medicamentos por vía oral debido a náuseas y vómitos.
- Enfermedad clínica grave (fiebre alta, náuseas, vómitos, hipotensión o dolor abdominal intenso).
- EIP complicada con absceso pélvico.
Si se trata adecuadamente, la enfermedad inflamatoria pélvica se puede curar sin secuelas.
Referencias
- Pelvic inflammatory disease: Clinical manifestations and diagnosis – UpToDate.
- Pelvic inflammatory disease: Pathogenesis, microbiology, and risk factors – UpToDate.
- Pelvic inflammatory disease: Treatment in adults and adolescents – UpToDate.
- Pelvic Inflammatory Disease – Medscape.
- Pelvic Inflammatory Disease (PID) – American College of Obstetricians and Gynecologists.
- Pelvic Inflammatory Disease (PID) – Centers for Disease Control and Prevention (CVC).
- Klausner JD, et al. Pelvic inflammatory disease. In: Current Diagnosis & Treatment of Sexually Transmitted Diseases. 1st ed. New York, N.Y.: The McGraw-Hill Companie.
Autor(es)
Médico licenciado por la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), con títulos de especialista en Medicina Interna por la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) y de Nefrología por la Universidad Estadual de Río de Janeiro (UERJ) y por la Sociedad Brasileña de Nefrología (SBN). Actualmente vive en Lisboa, Portugal, tiene títulos reconocidos por la Universidad de Oporto y por el Colegio de Nefrología de Portugal.
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