¿Qué es la halitosis?
El mal aliento, también llamado halitosis, es un problema que ha atormentado a la humanidad durante milenios. Hay informes de tratamientos para el mal aliento desde hace tres mil años. Incluso en la Biblia, en el libro del Génesis, se mencionan tratamientos para refrescar el aliento.
La halitosis, término proveniente del latín que se popularizó en la vida cotidiana como mal aliento, es una condición que se caracteriza por la emisión de olores desagradables desde la boca. Es un fenómeno bastante común que puede afectar a personas de todas las edades, causando malestar social y psicológico. Su origen puede estar relacionado con una serie de factores, que van desde la ingesta de ciertos alimentos hasta condiciones de salud más complejas.
Es importante destacar que muchas personas que no tienen halitosis se preocupan excesivamente por su aliento, mientras que una buena parte de las que realmente tienen mal aliento no sospechan de ello. Hasta el 25% de las personas que buscan atención médica quejándose de mal aliento, en realidad no lo tienen. Es muy difícil para el individuo notar si su propio mal aliento es crónico o solo aparece de manera puntual.
Aunque la mala higiene bucal es la causa más común, la halitosis también puede ser el resultado de otros factores. Algunos de estos incluyen el consumo de ciertos alimentos y bebidas, el tabaquismo, la ingesta de ciertos medicamentos, la boca seca, y ciertas condiciones de salud, como infecciones bucales, problemas en los senos paranasales, enfermedades pulmonares, renales, hepáticas y gastrointestinales.
En este artículo abordaremos las principales causas del mal aliento y las mejores opciones de tratamiento.
¿Cuáles son las principales causas del mal aliento?
Existen más de cuarenta causas diferentes para el mal aliento. Nos enfocaremos solo en las más frecuentes. Dividiremos las causas del mal aliento entre fisiológicas y patológicas.
Mal aliento fisiológico
El mal aliento fisiológico es una condición normal y transitoria que puede ocurrir en cualquier persona, independientemente de su edad o estado de salud. Este tipo de halitosis no es causado por una enfermedad o condición médica específica, sino por circunstancias naturales o hábitos diarios.
Mal aliento matutino
Un ejemplo típico de mal aliento fisiológico es el «aliento matutino». Durante el sueño, la producción de saliva disminuye, ocasionando una boca seca. La saliva tiene propiedades antibacterianas y ayuda a limpiar la boca de partículas de alimentos. Cuando la producción de saliva disminuye, las bacterias naturales de la boca pueden multiplicarse más rápidamente, produciendo compuestos volátiles de azufre que causan el mal aliento.
Ayuno prolongado
Además del secado de la boca durante el sueño, otro factor que contribuye al mal aliento matutino es el largo período que pasamos en ayunas.
Nuestro organismo necesita producir energía constantemente y en períodos de ayuno hay poca glucosa disponible como combustible. El organismo necesita entonces quemar las reservas de grasas para producir energía. La metabolización de las grasas lleva a la producción de cuerpos cetónicos, sustancias con un fuerte olor que se eliminan del torrente sanguíneo en forma de gases por los pulmones.
Por lo tanto, la cetosis es un estado metabólico en el que el cuerpo comienza a utilizar la grasa como fuente primaria de energía en lugar de carbohidratos.
Nótese que cada vez que estamos muy hambrientos, o en largos períodos de ayuno, tenemos un aliento con un olor medio agrio, que es típico del estado de cetosis. Afortunadamente, esta causa de mal aliento es fácil de resolver: basta con comer.
El aliento cetónico del ayuno es el mismo que ocurre en pacientes con diabetes mellitus mal controlada o en personas que hacen dietas con mucha restricción de carbohidratos.
Deshidratación
La saliva es un antiséptico bucal natural. Además de poseer sustancias antibacterianas, ayuda en el enjuague de la orofaringe, disminuyendo los residuos de bacterias y alimentos. Cuanto más seca esté la boca, peor será el aliento.
La saburra lingual, o lengua saburrosa, es otra causa común de mal aliento. Esta alteración se manifiesta como una placa blanquecina compuesta por bacterias y células desprendidas que se adhieren a la lengua. La saburra suele surgir por falta de hidratación en la cavidad oral, generalmente por falta de saliva o por un deficiente cepillado de la lengua.
Entre otros factores de riesgo para la saburra están: dormir con la boca abierta, roncar, uso de antisépticos bucales a base de alcohol y uso de aparatos ortodónticos. Cepillar la lengua y beber mucha agua para mantener la boca siempre hidratada son formas sencillas de disminuir la incidencia de la saburra y, consecuentemente, del mal aliento.
Alimentos
Algunos alimentos, como el ajo y la cebolla, pueden causar mal aliento durante varias horas. En el caso del ajo, los compuestos volátiles de azufre producidos por su digestión son absorbidos por la circulación sanguínea y posteriormente eliminados por los pulmones. Por lo tanto, después de consumir ajo, el mal aliento puede persistir durante horas, incluso después de cepillarse los dientes.
Como ya se mencionó, las dietas ricas en proteínas y bajas en carbohidratos también pueden causar mal aliento, no solo por la cetosis, sino también por la producción de compuestos volátiles de azufre durante la metabolización de las proteínas.
El café y el alcohol también pueden provocar mal aliento. El café deja residuos en la boca que tienen un olor más fuerte y reducen la producción de saliva. Cuando los granos de café se tuestan, se forman compuestos aromáticos que contienen azufre. Junto con el contenido ácido del café, estos compuestos pueden producir mal aliento.
Además, la cafeína tiene un efecto diurético y puede causar sequedad en la boca, lo que también contribuye al mal aliento.
En cuanto al alcohol, también puede causar deshidratación y boca seca, similar al café. El alcohol también tiene acción diurética, lo que significa que puede llevar a la pérdida de líquidos y, en consecuencia, a la disminución de la producción de saliva.
Además, algunas bebidas alcohólicas pueden dejar residuos en la boca que pueden contribuir al mal aliento. Las bebidas con alto contenido de azúcar, como algunos cócteles, pueden proporcionar alimento para las bacterias en la boca, lo que lleva a la producción de ácidos y compuestos de azufre volátiles que causan mal aliento.
Tabaquismo
El tabaquismo es una de las principales causas de halitosis. Los efectos del tabaco en la salud bucal son numerosos y perjudiciales, y el mal aliento es solo uno de ellos.
En primer lugar, el tabaco por sí solo tiene un olor fuerte y desagradable que puede permanecer en la boca después de fumar. Este olor a menudo se describe como penetrante y persistente, y es fácilmente reconocible. Además, los productos químicos en el tabaco, como la nicotina y el alquitrán, pueden adherirse a los tejidos blandos de la boca y a los dientes, contribuyendo al mal aliento.
En segundo lugar, el tabaco también reduce la producción de saliva y puede provocar xerostomía (boca seca).
Además, el tabaquismo puede aumentar el riesgo de varias condiciones de salud oral que pueden causar mal aliento, incluyendo gingivitis, periodontitis y cáncer oral. Estas condiciones se discutirán a continuación.
Para obtener más información sobre los daños del tabaquismo, lea: Enfermedades del cigarrillo y cómo dejar de fumar.
Mal aliento patológico
El mal aliento patológico es aquel causado por alguna enfermedad o infección. Las causas patológicas de la halitosis se pueden categorizar según el lugar anatómico de origen: boca, cavidad nasal, garganta, pulmones, estómago, riñones o enfermedades sistémicas.
Mala higiene bucal y bacterias en la boca
Entre el 80 y el 90% de los casos de halitosis se originan en la boca, ya sea la causa patológica o fisiológica. Tenemos más de 600 tipos de bacterias en nuestra cavidad oral, muchas de las cuales pueden producir gases con olor a partir de la metabolización de alimentos.
Dos puntos de la cavidad oral son críticos: los dientes y la región posterior de la lengua, donde a menudo se acumulan bacterias. El olor de la halitosis proviene de la producción de gases por bacterias después de la metabolización de los alimentos que se depositan en estas áreas.
Como es previsible, cuanto más deficiente sea la higiene bucal, más residuos de alimentos permanecerán en la cavidad oral, más alimentos tendrán las bacterias para multiplicarse, más gases se producirán y más intenso será el mal aliento.
Enfermedad periodontal
Además de la proliferación de bacterias naturales de la flora oral, la mala higiene oral también aumenta el riesgo de enfermedades periodontales, como la gingivitis y la periodontitis. Las infecciones periodontales albergan bacterias Gram-negativas que producen compuestos volátiles de azufre.
Xerostomía
La xerostomía, más comúnmente conocida como «boca seca», es una condición caracterizada por la reducción o ausencia de flujo salival. La xerostomía puede ser causada por varios factores, incluyendo la deshidratación, ciertos medicamentos, enfermedades como diabetes y el Síndrome de Sjögren, tratamientos de radioterapia en la región de la cabeza y cuello, y también puede ser un efecto del envejecimiento.
Faringe y amígdalas
Aun en la cavidad oral, otro punto que puede dar origen al mal aliento son las amígdalas. Un mal aliento que surge de repente puede ser la primera señal de una faringitis o amigdalitis en desarrollo. Esto es particularmente común en los niños.
Además del mal olor provocado por una infección activa de las amígdalas, los pacientes con historial de amigdalitis recurrente suelen presentar pequeñas criptas en sus amígdalas, que favorecen la deposición de alimentos y restos celulares, formando lo que llamamos caseum.
Ocasionalmente, pequeñas «bolitas blancas» extremadamente malolientes se desprenden de las rendijas y aberturas de las estructuras glandulares de la parte posterior de la garganta, llevando al paciente a imaginar que su aliento es tan malo como este olor. En realidad, no siempre el caseum es causa de mal aliento. El hecho de que la «bolita» huela mal no significa que el aliento sea igual.
Sin embargo, en los pacientes con amigdalitis recurrente, el caseum puede quedar cristalizado y adherido a las criptas y acaba siendo colonizado por bacterias anaeróbicas que producen compuestos volátiles de azufre, tales como Eubacterium, Fusobacterium, Porphyromonas, Prevotella, Selenomonas y Tannerella spp.
Muy raramente, un tumor oculto de la orofaringe o laringe puede ser la causa del mal olor.
Enfermedades de la cavidad nasal
Cuando la halitosis tiene origen en la cavidad nasal, el olor detectado con la exhalación nasal será mayor que el de la exhalación oral.
Las principales causas nasales de la halitosis incluyen:
- Sinusitis aguda o crónica.
- Goteo postnasal, que puede llevar al acúmulo de sustancias malolientes en la base de la lengua.
- Cuerpos extraños en la nariz, generalmente vistos en niños pequeños que introducen pequeños objetos o alimentos, como granos de arroz o frijoles, en la cavidad nasal.
- Raramente, un tumor de la cavidad nasal puede ser la causa del mal aliento.
Enfermedades pulmonares
La halitosis provocada por enfermedades pulmonares es inusual, pero puede ocurrir en casos de bronquitis aguda, bronquiectasias o absceso pulmonar.
Causas gástricas
Se suele sobrevalorar el papel del estómago en la halitosis, sin embargo, raramente las enfermedades gástricas son causas de mal aliento. La excepción ocurre en pacientes con reflujo gastroesofágico que pueden, en algunos casos, presentar halitosis. Sin embargo, no se justifica una investigación del estómago si el paciente presenta mal aliento sin otros síntomas de reflujo.
La relación de la halitosis con la infección por la bacteria H.pylori aún es motivo de controversia. No hay, por el momento, evidencias sólidas de que el tratamiento de la H.pylori mejore el mal aliento.
El divertículo de Zenker es una pequeña bolsa que se forma en la unión de la parte inferior de la garganta con la parte superior del esófago. Ocurre con más frecuencia en hombres ancianos y suele estar relacionado con dificultad para tragar (disfagia).
El divertículo de Zenker puede ser causa de mal aliento porque restos de alimentos quedan atrapados en el divertículo, descomponiéndose por la acción de las bacterias.
Enfermedades sistémicas
Otras enfermedades sistémicas que pueden causar mal aliento son la cirrosis y la insuficiencia renal crónica avanzada. Esta última causa un aliento con olor a orina debido a la acumulación de urea y otras sustancias que no son debidamente eliminadas por los riñones.
Halitosis subjetiva neurológica
La halitosis subjetiva neurológica es un trastorno en el que el paciente siente un mal aliento inexistente debido a trastornos del gusto o del olfato (disgeusia y disosmia).
La disgeusia puede ser una manifestación de una salivación insuficiente, deficiencias de vitaminas y minerales, lesiones nerviosas, enfermedades neurodegenerativas o medicamentos. La disosmia se asocia comúnmente a alergias y otros trastornos inflamatorios, infecciones, traumas y enfermedades neurodegenerativas.
Mal aliento psicológico
El mal aliento psicológico, también conocido como halitofobia, se refiere a una condición en la que la persona cree que tiene mal aliento, cuando en realidad no lo tiene. Esta condición está a menudo asociada a un alto grado de preocupación y ansiedad en relación con el aliento, y puede llevar a comportamientos compulsivos de verificación, como oler su propio aliento o pedir confirmación a otros.
Los pacientes con halitofobia suelen estar obsesionados con la higiene bucal, se cepillan los dientes varias veces al día y enjuagan o hacen gárgaras con frecuencia. Están convencidos de que su problema es orgánico y a menudo resisten a acudir a una consulta con un profesional de la salud mental.
La halitofobia puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de una persona, causando estrés, ansiedad y vergüenza. Puede llevar a comportamientos de evitación social y, en casos graves, puede contribuir al desarrollo de un trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) u otras condiciones de salud mental.
La causa de la halitofobia no se comprende totalmente, pero puede estar relacionada con experiencias pasadas de mal aliento, comentarios de otras personas sobre el aliento, o un enfoque excesivo en la higiene bucal y la apariencia.
Pruebas diagnósticas para la halitosis
El mal aliento puede ser diagnosticado y cuantificado a través de varios tipos de pruebas.
Prueba organoléptica
El término «organoléptico» se refiere a la evaluación de características de una sustancia que pueden ser percibidas por los sentidos, como sabor, color, olor y textura.
La prueba organoléptica es una evaluación de la intensidad del mal aliento realizada por un médico. El médico usa su propio olfato para evaluar la intensidad del olor en el aire exhalado por la nariz o la boca. La evaluación también se puede hacer después de raspar la lengua, el aparato dental o el hilo dental.
La prueba organoléptica es ampliamente utilizada en la evaluación de la halitosis y se considera el estándar de oro, a pesar de su subjetividad.
Se sospecha de un origen oral o faríngeo si el olor está principalmente confinado en la boca y no en la nariz; se sospecha de implicación nasal si el olor proviene principalmente de la nariz. Se sospecha de un origen sistémico en los raros casos en que el olor proviene tanto de la boca como de la nariz con la misma calidad.
Una escala ampliamente utilizada utiliza el siguiente sistema de puntuación para la prueba organoléptica:
- 0 = sin olor.
- 1 = olor apenas detectable.
- 2 = olor leve.
- 3 = olor moderado.
- 4 = olor fuertemente desagradable.
- 5 = olor insoportablemente fuerte.
Pruebas instrumentales
Las pruebas instrumentales, como los monitores de sulfuro o la cromatografía de gases, son exámenes objetivos que miden el nivel de compuestos de azufre volátiles en la exhalación.
Estas mediciones cuantitativas y semicuantitativas pueden ser útiles, pero no reemplazan la evaluación del profesional de la salud y deben usarse junto con las pruebas organolépticas.
Estas pruebas son más complejas, requieren equipos que no están fácilmente disponibles y deben ser realizadas por especialistas en halitosis o en entornos de investigación.
Nariz electrónica
Una nariz electrónica es un dispositivo que intenta replicar la función de la nariz humana en la detección y diferenciación de olores. Este dispositivo utiliza varios sensores químicos para producir una respuesta al olor, que luego es procesada por un software para identificar el olor.
Las narices electrónicas se usan en una variedad de aplicaciones, incluyendo control de calidad en la industria alimentaria, detección de gases peligrosos, diagnósticos médicos y más.
En cuanto a la halitosis, las narices electrónicas tienen el potencial de ofrecer una forma objetiva de medir el mal aliento, identificando y cuantificando los compuestos químicos específicos presentes.
¿Qué médico trata el mal aliento?
Como la gran mayoría de los casos tienen su origen en la boca, el dentista suele ser el mejor especialista para diagnosticar y tratar la halitosis.
Sin embargo, puede ser necesario remitir al paciente a un especialista en las siguientes situaciones:
- La remisión a un profesional de salud mental es indicada para la halitofobia.
- La remisión a un neurólogo es necesaria si se sospecha de una base neurológica para la halitosis subjetiva (problema de gusto u olfato presente).
- La remisión a un médico especialista es indicada si se requieren procedimientos diagnósticos especializados (por ejemplo, endoscopia para la evaluación de un posible origen gastroesofágico del mal aliento) o si el problema médico subyacente requiere cuidados especializados (por ejemplo, enfermedad hepática o renal avanzada).
- La remisión a un otorrinolaringólogo es indicada para pacientes con halitosis de origen nasal o amigdalitis caseosa crónica con halitosis persistente.
Tratamiento
Si el paciente tiene halitosis patológica, la enfermedad subyacente debe ser tratada para mejorar el aliento.
Para pacientes con halitosis sin una causa identificable, algunos consejos pueden resolver, o al menos aliviar el problema:
- Higiene oral adecuada y uso frecuente de hilo dental.
- Check-up dental regular.
- Gárgaras con antisépticos orales, principalmente por la noche (evite las marcas que contienen alcohol, ya que este causa sequedad en la boca).
- Cepillado de la lengua. Moje su cepillo con antisépticos orales en vez de pasta de dientes para limpiar la lengua.
- Ingesta frecuente de líquidos para evitar la deshidratación y sequedad de la boca.
- Chicles sin azúcar aumentan la salivación y ayudan a «lavar» la boca. Cinco minutos de masticación son suficientes.
- Evitar el alcohol, el café y el tabaco.
- Evitar largos períodos de ayuno.
- Alimentarse bien en el desayuno.
- Evite dietas que restrinjan exageradamente los carbohidratos.
- Evite medicamentos que sean diuréticos o causen sequedad en la boca.
En pacientes con halitosis psicológica, el tratamiento puede implicar terapia cognitivo-conductual (TCC), que ayuda a la persona a identificar y cambiar patrones de pensamiento negativos y comportamientos de comprobación.
En algunos casos, medicamentos como antidepresivos o ansiolíticos pueden ser utilizados para reducir la ansiedad o los síntomas obsesivo-compulsivos asociados con la halitofobia.
Preguntas y respuestas
¿Cuáles son las causas más comunes de mal aliento?
Las causas más comunes de mal aliento incluyen mala higiene bucal, infecciones orales, de garganta o nasales, boca seca, ciertos alimentos y bebidas, fumar, algunas enfermedades y, en casos raros, afecciones sistémicas de salud, como enfermedades hepáticas o renales.
¿Existe un tratamiento natural para la halitosis?
Sí, existen varios enfoques naturales para tratar la halitosis. Esto incluye mantener una buena higiene bucal, beber mucha agua, evitar alimentos y bebidas que causen mal aliento, chupar caramelos o masticar chicles sin azúcar para estimular la salivación. Sin embargo, si el mal aliento persiste, es importante buscar asesoramiento profesional para descartar cualquier enfermedad subyacente.
¿Qué alimentos causan mal aliento?
Algunos alimentos conocidos por causar mal aliento incluyen ajo, cebolla, ciertos tipos de pescado, alimentos picantes y bebidas como café y alcohol. Además, las dietas muy altas en proteínas y bajas en carbohidratos pueden causar mal aliento.
¿Cómo puedo saber si tengo mal aliento?
No siempre es fácil identificar si tienes mal aliento, ya que nuestro cuerpo puede adaptarse a los olores y hacerlos menos perceptibles para nosotros. Una manera sencilla de comprobarlo es preguntarle a alguien de confianza. Otra manera es hacer una «prueba de aliento» – lamiendo la muñeca, dejando que la saliva se seque durante unos segundos y luego oliendo el área.
¿Existen dispositivos para analizar el mal aliento?
Sí, pero los que realmente funcionan están restringidos a las consultas dentales. Halímetros para uso personal ya están disponibles en el mercado, pero solo detectan un porcentaje pequeño de los gases que provocan halitosis.
¿Qué hacer para mejorar el mal aliento al despertar?
No hay mucho que hacer, dado que el mal aliento matutino es un proceso natural, provocado por la sequedad de la boca y el ayuno prolongado durante el sueño. Sin embargo, esta halitosis se elimina fácilmente, basta con comer e hidratarse.
¿Cómo eliminar el mal aliento?
Eliminar el mal aliento generalmente implica una combinación de medidas de higiene bucal y cambios en el estilo de vida. En general, lo más importante es una higiene bucal adecuada, mantener la boca siempre hidratada, no fumar, evitar alimentos que causen halitosis y visitar al dentista con frecuencia.
Referencias
- Bad breath – UpToDate.
- Bad breath – American Dental Association.
- Halitosis: the multidisciplinary approach – International Journal of Oral Science.
- Halitosis: From diagnosis to management – Journal of natural science, biology, and medicine.
- Halitosis: A frequently ignored social condition – Journal of International Society of Preventive & Community Dentistry.
Autor(es)
Médico licenciado por la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), con títulos de especialista en Medicina Interna por la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) y de Nefrología por la Universidad Estadual de Río de Janeiro (UERJ) y por la Sociedad Brasileña de Nefrología (SBN). Actualmente vive en Lisboa, Portugal, tiene títulos reconocidos por la Universidad de Oporto y por el Colegio de Nefrología de Portugal.
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