Resumen del artículo: TL; DR
- Qué es: la intolerancia a la lactosa es la incapacidad para digerir la lactosa, un azúcar que se encuentra en los productos lácteos, debido a la falta de la enzima lactasa.
- Causas: se produce cuando el paciente tiene niveles insuficientes de la enzima lactasa, encargada de digerir la lactosa. No es lo mismo que la alergia a la leche, que es una respuesta alérgica, mientras que la intolerancia es un fallo enzimático.
- Tipos: la intolerancia a la lactosa puede ser primaria (el individuo nace con la propensión a tenerla) o secundaria (cuando se adquiere a lo largo de la vida debido a un problema intestinal).
- Síntomas: incluyen diarrea, calambres abdominales, flatulencia y abdomen distendido, que suelen aparecer entre 30 minutos y 2 horas después de consumir productos que contienen lactosa.
- Diagnóstico: suele basarse en los síntomas; las pruebas incluyen: prueba respiratoria y prueba de tolerancia a la lactosa.
- Tratamiento: consiste en reducir o eliminar los productos lácteos, con la opción de productos sin lactosa o suplementos de lactasa para facilitar la digestión.
¿Qué es la intolerancia a la lactosa?
La intolerancia a la lactosa es una enfermedad muy común provocada por la incapacidad de digerir lactosa, un azúcar encontrado en la leche y en los lacticinios.
La falta de lactasa, enzima que digiere la lactosa, lleva a la aparición de síntomas gastrointestinales siempre que se consume un producto a base de leche.
La intolerancia a la lactosa no es, generalmente, una enfermedad grave, pero los síntomas pueden ser incómodos.
Cómo surge
La dieta occidental típica de un adulto contiene unos 300 gramos de azúcares (carbohidratos). De estos, aproximadamente un 52 % es almidón (presente en los cereales, arroz y patatas), 37 % es sacarosa (presente en el azúcar común), 5 % es lactosa (presente en la leche y sus derivados) y 3 % es fructosa (se encuentra en frutas y en la miel).
Intolerancia a la leche y a los productos lácteos se produce en individuos con niveles insuficientes de la enzima lactasa. Alrededor del 5 % de la leche de vaca que se vende comúnmente se compone de lactosa.
Intolerancia a la lactosa no es lo mismo que alergia a la leche. La intolerancia a la lactosa se produce por una falla de enzima y no en razón de procesos alérgicos de quien sufre de alergia alimentaria.
Si desea leer sobre alergias alimentarias, vaya a: Alergia alimentaria – alergia a la comida.
La lactosa es un disacárido, una molécula de azúcar grande, formada por la fusión de dos azúcares simples: la glucosa y la galactosa. Nuestro cuerpo no puede absorber las moléculas grandes de azúcar y, por eso, nuestro sistema digestivo tiene enzimas especiales que descomponen los azúcares complejos en azúcares simples (monosacáridos), lo que permite su absorción en los intestinos.
La lactasa es una de esas enzimas, que se produce en el intestino delgado. Su acción consiste concretamente en descomponer la lactosa en glucosa y galactosa, permitiendo que los intestinos puedan absorber los azúcares presentes en la leche.
Cuando los niveles de lactasa son insuficientes, la lactosa no se digiere en el intestino delgado y llega en gran cantidad al colon, porción del intestino rica en bacterias. Varias bacterias de nuestro intestino son capaces de fermentar la lactosa, un proceso que ocasiona la producción de gases de hidrógeno y ácidos. Además, la lactosa es una sustancia altamente osmótica, que «saca» agua y sales minerales de la pared del colon, aumentando el volumen de las heces.
Causas
La deficiencia de lactasa puede ser primaria, es decir, el individuo nace con una propensión a tenerla; o secundaria, cuando la intolerancia a la lactosa es adquirida a lo largo de la vida debido a algún problema intestinal.
La cantidad de lactasa producida en el intestino es generalmente alta durante los primeros años de vida, pero se reducirá conforme a la dieta se vuelva más variada, menos dependiente de leche y derivados.
En algunos grupos étnicos, como los asiáticos, una intolerancia suave a moderada a la lactosa generalmente se presenta a partir de 5 años de edad. En afrodescendientes y latinos, la reducción de los niveles de lactasa generalmente ocurre alrededor de 10 años. En caucásicos (blancos) esta reducción suele aparecer solamente después de la adolescencia.
Es importante señalar que no toda reducción en la producción de lactasa produce síntomas de intolerancia a la lactosa. A menudo, la cantidad de lactasa es reducida, pero, aun así, es suficiente para no provocar un gran aporte de lactosa al colon.
Conforme la persona envejece, la producción de lactasa es cada vez más pequeña, al punto de la intolerancia a la lactosa ser extremadamente común en la población adulta mayor, especialmente en los afrodescendientes, latinos y asiáticos.
En raras ocasiones, la intolerancia a la lactosa ya puede estar presente en los primeros meses de vida debido a un defecto genético que hace que el paciente no produzca cualquier cantidad de lactasa. Estos bebés son intolerantes a la leche materna, que naturalmente tiende a tener más lactosa que la leche de vaca, y necesitan ser alimentados con fórmulas especiales sin lactosa.
La intolerancia a la lactosa secundaria es aquella que se presenta debido a enfermedades o después de una cirugía intestinal. Ejemplos de enfermedades que causan la deficiencia de lactasa son:
- Enfermedad celíaca.
- Enfermedad de Crohn.
- Diarreas causadas por la gastroenteritis viral.
- Giardiasis.
- Diabetes mellitus avanzada.
- Quimioterapia.
- SIDA.
Síntomas
Los signos y síntomas de intolerancia a la lactosa comienzan generalmente entre 30 minutos a 2 horas después de comer o beber alimentos que contengan lactosa.
Los síntomas más comunes son diarrea, cólicos abdominales, flatulencia y abdomen distendido. En los adolescentes, también son frecuentes las náuseas y los vómitos. La fermentación de lactosa por las bacterias produce ácidos, que hace las heces más ácidas y puede causar irritación en el área alrededor del ano.
La severidad de los síntomas de intolerancia a la lactosa varía de persona a persona. Esta variabilidad depende de la cantidad de lactosa en la dieta y del grado de insuficiencia de la enzima lactasa de cada individuo.
Pequeñas cantidades de lactosa pueden causar síntomas fuertes en personas con deficiencia severa de lactasa, pero solamente síntomas leves o ningún síntoma en personas con deficiencia leve a moderada.
También existen casos de personas con dietas y niveles similares de lactasa que presentan distintos grados de síntomas. La razón de esto es confusa, pero puede estar relacionada con el tipo y la cantidad de bacterias intestinales presentes en cada uno.
Los síntomas de intolerancia a la lactosa no son específicos y pueden ocurrir en una variedad de enfermedades gastrointestinales, principalmente en la gastroenteritis aguda. La pista para pensar en intolerancia a la lactosa es la aparición de síntomas siempre que el paciente ingiere alimentos con leche o derivados, incluyendo helados, yogures, quesos, etc.
Si te sientes mal después de beber un vaso de leche una vez, no necesariamente tienes intolerancia a la lactosa. Pero, si te sientes mal cada vez que bebes leche (o cualesquier lácteos), se debe sospechar de intolerancia a la lactosa.
Diagnóstico
En general, se hace el diagnóstico de intolerancia a la lactosa clínicamente, basándose únicamente en la historia clínica y los síntomas del paciente. Rara vez se necesitan pruebas de laboratorio.
Sin embargo, si el médico cree necesario confirmar el diagnóstico con exámenes complementarios, dos pruebas son las más utilizadas:
Prueba respiratoria para investigar la eliminación de hidrógeno
En general, eliminamos solamente pequeñas cantidades de hidrógeno a través de los pulmones. Los pacientes con intolerancia a la lactosa producen grandes cantidades de hidrógeno en el colon, siendo parte de este gas reabsorbido en la sangre y eliminado por los pulmones a través de la respiración. Esta prueba, por lo tanto, consiste en la investigación de hidrógeno en aire espirado después del consumo de la lactosa.
Prueba de tolerancia a la lactosa
Después de ingerir lactosa, medimos la glucosa en la sangre para verificar si hubo una elevación de los niveles. En personas sanas, la lactosa se descompone en glucosa y galactosa, siendo reabsorbida por el intestino y liberada en el torrente sanguíneo. En pacientes con deficiencia de lactasa, la lactosa no es digerida y la glucosa contenida en ella no se absorbe. Así, la elevación de glucosa en la sangre es discreta en estos pacientes.
Tratamiento
En general, no se necesita cualquier tratamiento farmacológico para la intolerancia a la lactosa. La reducción en el consumo de productos lácteos es, generalmente, suficiente en la mayoría de los casos. Algunos pacientes toleran queso y margarina y necesitan suspender únicamente la leche propiamente dicha.
Para los casos más graves, ya existen en el mercado leche y otros productos lácteos sin lactosa, que es una buena solución para que el paciente no deje de consumir lacticinios. Hay productos con 0 % de lactosa y con reducción del 80 al 90 % de lactosa.
Incluso en los casos más graves, cuando el paciente necesita suspender totalmente el consumo de productos lácteos, esta interrupción puede ser solamente temporal. Después de un tiempo sin síntomas, el paciente puede reintroducir gradualmente los productos lácteos en la dieta. El organismo es capaz de adaptarse a la falta de la enzima lactasa, y, si se “acostumbra” poco a poco, el paciente podrá volver a beber leche sin presentar síntomas graves.
Ya hay en el mercado medicamentos para reponer la lactasa. El paciente puede tomar lactasa (en polvo, pastillas o líquido) justo antes de la comida, lo que permite mejor digestión de los productos lácteos.
Preguntas frecuentes
¿Las personas intolerantes a la lactosa deben evitar los medicamentos que contienen lactosa?
No, la cantidad de lactosa en los comprimidos, cuando se utiliza como aditivo, es tan pequeña que no hay razón para suponer que pueda provocar síntomas. Los anuncios que promocionan «medicamentos sin lactosa» carecen de base científica y solamente sirven para fomentar un malentendido sobre la relación dosis-efecto entre la cantidad de lactosa y el desarrollo de síntomas.
¿Las personas con intolerancia a la lactosa pueden tener alguna deficiencia nutricional?
Sí. Los niveles de vitamina D deben vigilarse en los pacientes que limitan su ingesta de lácteos. Las personas que evitan los productos lácteos y tienen una ingesta inadecuada de calcio y vitamina D deben ser animadas a aumentar su consumo de alimentos ricos en calcio o considerar el uso de suplementos de calcio y vitamina D. La ingesta diaria recomendada de calcio para adolescentes y adultos jóvenes es de 1.200 mg al día.
¿Qué aspecto tienen las heces de las personas intolerantes a la lactosa?
La intolerancia a la lactosa puede provocar diversos síntomas digestivos, entre ellos cambios en las heces. Algunas de las características de las heces en las personas con intolerancia a la lactosa son:
— Consistencia: las heces pueden ser más blandas y acuosas debido a la fermentación de la lactosa no digerida en el colon. Esto puede provocar diarrea en algunos casos.
— Color: el color de las heces puede variar, pero no existe un color específico asociado a la intolerancia a la lactosa. Sin embargo, en algunos casos puede haber un color más claro o más oscuro de lo normal.
— Olor: las heces pueden tener un olor más fuerte debido a la fermentación de la lactosa en el intestino grueso, que produce gases y ácidos.
— Presencia de mucosidad: puede haber mucosidad en las heces, que es la respuesta del organismo a la irritación del tracto gastrointestinal.
— Gases: aunque no es una característica propia de las heces, la producción excesiva de gases es un síntoma común de la intolerancia a la lactosa, y puede ir acompañada de hinchazón y molestias abdominales.
¿La intolerancia a la lactosa provoca inflamación intestinal?
La intolerancia a la lactosa puede causar molestias gastrointestinales, pero no es lo mismo que una inflamación intestinal. El origen de la enfermedad no es la inflamación de los intestinos, ni provoca una reacción inflamatoria importante.
¿La lactosa solo está presente en los productos lácteos?
La lactosa es un tipo de azúcar que se encuentra de forma natural en la leche y otros productos lácteos como el queso y el yogur. Sin embargo, también puede estar presente en algunos alimentos procesados y otros productos, ya sea como ingrediente adicional o como relleno.
Algunos alimentos procesados pueden contener lactosa, como los panes y productos horneados, los cereales, los aliños para ensaladas, los dulces y los aperitivos. La lactosa también puede encontrarse en algunos productos inesperados, como carnes procesadas, salsas e incluso cerveza.
Por eso es aconsejable buscar siempre etiquetas que especifiquen «sin lactosa» o «apto para intolerantes a la lactosa».
¿Pueden tomar proteína de suero (whey protein) las personas intolerantes a la lactosa?
Existen diferentes formas y marcas de whey protein que pueden tener cantidades variables de lactosa. Las fórmulas de aislado de proteína de suero o de hidrolizado de proteína de suero se someten a procesos de filtrado que eliminan la mayor parte de la lactosa. Por ello, pueden ser una opción más adecuada para las personas con intolerancia a la lactosa. También existen muchas alternativas a la whey protein completamente libres de lactosa, como las proteínas vegetales a base de guisantes, arroz o cáñamo. Lo correcto es leer siempre la etiqueta para evaluar su seguridad.
Referencia
- Lactose intolerance: Clinical manifestations, diagnosis, and management – UpToDate.
- Lactose Intolerance – National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases (NIDDK).
- Clinical implications of lactose malabsorption versus lactose intolerance – Journal of clinical gastroenterology.
- Lactose Intolerance – JAMA.
- Lactose Intolerance – Medscape.
- Feldman M, et al. Maldigestion and malabsorption. In: Sleisenger & Fordtran’s Gastrointestinal and Liver Disease: Pathophysiology, Diagnosis, Management. 10th ed. Philadelphia, Pa.: Saunders Elsevier; 2016.
Autor(es)
Médico licenciado por la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), con títulos de especialista en Medicina Interna por la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) y de Nefrología por la Universidad Estadual de Río de Janeiro (UERJ) y por la Sociedad Brasileña de Nefrología (SBN). Actualmente vive en Lisboa, Portugal, tiene títulos reconocidos por la Universidad de Oporto y por el Colegio de Nefrología de Portugal.
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