¿Qué es un divertículo?
Un divertículo es una pequeña bolsa que se forma en la pared del intestino grueso (colon), similar a un dedo de guante, generalmente en personas mayores de 60 años de edad. Muchas personas tienen divertículos en el colon sin presentar ningún tipo de queja o síntoma.
Eventualmente, los divertículos pueden infectarse, llevando a un cuadro llamado diverticulitis, que generalmente cursa con fiebre, dolor abdominal y cambios del tránsito intestinal.
Un divertículo suele tener entre 0,5 y 1 cm y se forma, principalmente, en la porción final del intestino (colon descendente y sigmoideo). Los divertículos suelen aparecer en las regiones de la musculatura del colon donde hay vasos sanguíneos. Esta información será importante cuando hablemos de la parte de los síntomas.
¿Diverticulitis o diverticulosis?
Todo paciente que tiene al menos un divertículo identificado por una prueba diagnóstica, ya sea radiológica o endoscópica, se considera que tiene enfermedad diverticular, o simplemente diverticulosis. La diverticulitis solo ocurre cuando uno o más divertículos se inflaman.
La mayoría de los pacientes con diverticulosis no presenta síntomas algún y muchas veces siquiera sabe que es portadora de la enfermedad diverticular.
Actualmente, se admite que la principal causa de la diverticulitis es la obstrucción del divertículo por pequeños pedazos de heces que promueven la proliferación de bacterias dentro del mismo.
No hay ninguna prueba científica de que comer cacahuetes, semillas, maíz, palomitas de maíz u otros alimentos de este tamaño pueda causar la obstrucción de los divertículos llevando a la diverticulitis. Esto es solamente un mito y los pacientes con divertículos no necesitan evitar este tipo de alimentos.
Causas
Los divertículos parecen surgir debido a una debilidad en la pared del colon asociada a años de aumento de la presión dentro del intestino.
Los principales factores de riesgo son la edad, que favorece el debilitamiento de los músculos de los intestinos, y una alimentación pobre en fibras, que además de promover el estreñimiento, también contribuye a la formación de heces de pequeño volumen y no moldeadas, lo que aumenta el trabajo del colon para empujarlas hacia al recto y el ano.
Otros factores de riesgo conocidos son la obesidad y el sedentarismo.
Aproximadamente el 30% de las personas mayores de 60 años y más del 60% de las personas mayores de 80 años tienen divertículos, es decir, enfermedad diverticular.
Síntomas
Como ya se explicó, la enfermedad diverticular en sí es asintomática. Los síntomas surgen cuando hay complicaciones, tales como diverticulitis, sangrado o fístulas.
Diverticulitis aguda
La diverticulitis frecuentemente se llama «apendicitis del lado izquierdo». Los síntomas pueden ser muy similares, una vez que el proceso patológico es similar.
En general, los síntomas de la diverticulitis son:
- Dolor intenso en la parte inferior izquierda del abdomen.
- Fiebre.
- Cambios del ritmo intestinal, ya sea diarrea o estreñimiento,
- Náuseas y vómitos.
Eventualmente, la diverticulitis se produce en el lado derecho del intestino, una condición que es clínicamente indistinguible de la apendicitis (lea también: Apendicitis: síntomas y tratamiento).
Una de las posibles complicaciones de la diverticulitis es la perforación del divertículo inflamado llevando al contacto del contenido intestinal (heces) con la cavidad peritoneal, lo que causa una peritonitis severa. Otra complicación temida es la formación de un absceso en el divertículo, un cuadro difícil de tratarse, aumentando el riesgo de ruptura del divertículo.
Una de las posibles complicaciones de la diverticulitis es la perforación del divertículo inflamado, dando lugar al contacto del contenido intestinal (heces) con la cavidad peritoneal, lo que provoca una intensa peritonitis*.
* La peritonitis es la inflamación del peritoneo, tejido delgado que recubre la pared interna del abdomen y cubre la mayoría de los órganos abdominales.
Otra complicación temida es la formación de un absceso dentro del divertículo, condición que es difícil de tratar y que aumenta el riesgo de ruptura del divertículo.
Los fumadores parecen tener un mayor riesgo de diverticulitis perforada y absceso diverticular en comparación con los no fumadores. La cafeína y el alcohol no están asociados con un mayor riesgo de enfermedad diverticular sintomática.
Fístulas
Una complicación más rara de la diverticulitis es la formación de fístulas, que es la aparición de una comunicación entre dos órganos.
Por ejemplo, si la diverticulitis se produce en un área del intestino cerca de la vejiga, puede hacer que estas dos áreas se peguen y creen un agujero, abriendo una comunicación entre ellas (fístula) haciendo con que la orina entre en contacto con el intestino y las heces con la vejiga.
Los pacientes con una fístula colovesical (colon-vejiga) pueden tener neumaturia (fuga de aire a través de la orina), fecaluria (excreción de heces a través de la orina) o disuria (dolor al orinar).
Los pacientes con fístula colovaginal (colon-vagina) pueden informar evacuación de heces o gases a través de la vagina.
Sangrado digestivo
Como se mencionó al inicio de este texto, muchos divertículos se forman en las zonas de paso de los vasos sanguíneos, favoreciendo su lesión y la aparición de sangrado en el intestino, manifestado clínicamente por la presencia de sangre en las heces (lea también: Causas de la sangre en las heces y heces oscuras).
Obstrucción intestinal
Durante un ataque de diverticulitis aguda, puede ocurrir una obstrucción parcial del colon debido a la hinchazón producida por la inflamación intensa o por la compresión del asa intestinal por un absceso diverticular.
Sin embargo, la obstrucción grave del colon es rara en el cuadro agudo y generalmente se asocia con el desarrollo posterior de un estrechamiento del colon debido a la aparición de tejido fibroso causado por la inflamación diverticular crónica.
Diagnóstico
Los divertículos asintomáticos generalmente se descubren en exámenes radiológicos o endoscópicos por casualidad. En la mayoría de los casos, son identificados en colonoscopias para detección del cáncer de colon.
Cuando hay sospecha de diverticulitis aguda, el mejor examen diagnóstico es la tomografía computarizada del abdomen. En estos casos, la colonoscopia suele realizarse solo tras la resolución de la inflamación para la posterior evaluación y cuantificación de los divertículos.
Durante la fase aguda de la diverticulitis, existe el temor que procedimientos endoscópicos, como la colonoscopia, puedan agravar la diverticulitis y facilitar perforaciones de las zonas inflamadas.
La tomografía es capaz de diagnosticar no solo la diverticulitis, sino también abscesos y fístulas, si están presentes. La ecografía también puede ser utilizado como un primer examen, antes de la tomografía, por la facilidad y conveniencia del procedimiento.
Tratamiento
En pacientes con diverticulosis asintomática no es necesario ningún tratamiento. Se indica solamente cambios en la dieta, de modo que se consuma más fibra con vistas a un aumento en el volumen de las heces que, en teoría, disminuiría el riesgo de obstrucción de los divertículos e impediría la formación de nuevas lesiones.
Entre los pacientes con enfermedad diverticular, alrededor del 80% son asintomáticos, el 15% tiene sangrado y el 5% tiene diverticulitis. Entre los pacientes con diverticulitis, el 85% tiene una forma leve y solo el 15% presenta complicaciones, como abscesos, perforación o fístula.
Diverticulitis aguda
La diverticulitis aguda leve se puede tratar en casa con o sin antibióticos, según el estado del paciente. En pacientes con buen estado general no es necesario el uso de antibióticos.
El tratamiento de la diverticulitis colónica aguda generalmente consiste en el control del dolor y una dieta líquida. Los pacientes son reevaluados clínicamente dos o tres días después de la presentación inicial y luego semanalmente hasta la resolución completa de todos los síntomas. No está indicado repetir los estudios de imagen a menos que el paciente no mejore clínicamente. Los pacientes que fracasan en el tratamiento ambulatorio son admitidos para tratamiento hospitalario.
Cuando hay complicaciones, o en los casos más graves, con fiebre alta, dolor abdominal intenso e incapacidad para ingerir alimentos, la hospitalización y el uso de antibióticos por vía intravenosa también son necesarios.
Cuando no hay ninguna respuesta al tratamiento médico, o cuando aparecen complicaciones, como perforaciones y peritonitis, se indica cirugía para el lavado del peritoneo y remoción del área enferma del colon. Normalmente, hay que mantener una colostomía por unos meses para dejar el intestino cicatrizar.
Sangrado intestinal
Los pacientes con hemorragia digestiva baja deben someterse a una colonoscopia. Si se puede localizar un sangrado activo o un vaso visible en un divertículo en particular durante la colonoscopia, se puede intentar la terapia endoscópica.
Sin embargo, puede ser difícil identificar el divertículo específico responsable del sangrado, ya que los divertículos a menudo son numerosos y el sangrado puede ser intermitente.
Si el sangrado no se detiene espontáneamente y no se puede controlar con terapia endoscópica o angiográfica, generalmente se requiere cirugía.
Referencias
- Acute Diverticulitis – StatPearls.
- Diverticular disease: Epidemiology and management – Canadian journal of gastroenterology & hepatology.
- Diagnosis and Management of Acute Diverticulitis – American Family Physician.
- Acute colonic diverticulitis: Medical management – UpToDate.
- Clinical manifestations and diagnosis of acute diverticulitis in adults – UpToDate.
- Colonic diverticulosis and diverticular disease: Epidemiology, risk factors, and pathogenesis – UpToDate.
- Colonic diverticular bleeding – UpToDate.
Autor(es)
Médico licenciado por la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), con títulos de especialista en Medicina Interna por la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) y de Nefrología por la Universidad Estadual de Río de Janeiro (UERJ) y por la Sociedad Brasileña de Nefrología (SBN). Actualmente vive en Lisboa, Portugal, tiene títulos reconocidos por la Universidad de Oporto y por el Colegio de Nefrología de Portugal.
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