¿Qué es la paroniquia?
La paroniquia, conocida popularmente como uñero, es una inflamación de la piel que rodea la uña, generalmente de origen bacteriano, que aparece tras lesiones en esta zona.
La paroniquia puede ser aguda, de unos días de duración, o crónica, de varias semanas.
Causas
En la mayoría de los casos, el uñero es una infección bacteriana que provoca una inflamación intensa de la piel que rodea el borde de la uña. La paroniquia puede aparecer en los dedos de las manos o de los pies.
La inflamación surge cuando las bacterias comunes de la piel consiguen contaminar las heridas producidas alrededor de la uña, normalmente tras pequeños traumatismos, como heridas en la cutícula, morderse las uñas, cortárselas en exceso, hurgarse los dedos, llevar zapatos apretados o cuando la manicura le «saca un filete» del dedo.
Es importante darse cuenta de que la piel es una barrera física que protege nuestro cuerpo contra los gérmenes del ambiente exterior. Siempre que esta barrera sufre una lesión, aparece una puerta de entrada para que las bacterias de la piel accedan a los tejidos más profundos.
Además de los traumatismos, otras situaciones también pueden provocar pequeñas grietas en la piel que rodea la uña, favoreciendo la invasión de bacterias.
Los principales factores de riesgo son:
- Traumatismos o heridas en la zona que rodea la uña.
- Chuparse los dedos.
- Trabajos que requieran sumergir las manos en agua durante mucho tiempo.
- Contacto frecuente con productos químicos.
- Personas que trabajan en jardines.
- Diabetes mellitus.
- Pacientes con problemas circulatorios en las extremidades.
¿Qué gérmenes causan la inflamación de las uñas?
En la mayoría de los casos, la lesión está invadida por bacterias que colonizan nuestra piel. El agente más común es la bacteria Staphylococcus aureus. Otras bacterias de la piel también pueden causar paroniquia, como el Streptococcus y el Pseudomonas.
Cuando el daño en la piel que rodea la uña está causado por mordeduras o por morderse las uñas, los microorganismos naturales de la boca pueden ser el agente invasor, incluyendo, además de Staphylococcus y Streptococcus, bacterias como Eikenella corrodens, Fusobacterium, Peptostreptococcus, Prevotella y Porphyromonas.
Mientras que en la paroniquia aguda las bacterias son la causa más frecuente, en la forma crónica el agente infeccioso puede ser el hongo Candida albicans. Sin embargo, incluso en las formas crónicas, la prevalencia de la infección bacteriana también es alta, y es frecuente la infección mixta por bacterias y hongos al mismo tiempo.
La paroniquia crónica, sin embargo, suele estar causada por un proceso eccematoso, con inflamación de la piel no relacionada con agentes infecciosos. En estos casos no hay infección, solamente inflamación. Esta forma es frecuente en personas que trabajan con productos químicos o viven con las manos húmedas.
Síntomas
La paroniquia aguda suele afectar a un solo dedo y se caracteriza por una inflamación, con hinchazón, enrojecimiento y dolor, en uno de los ángulos de la uña, en la zona donde se produjo el traumatismo que dio lugar a la invasión bacteriana.
Es frecuente que la infección origine un pequeño absceso, y a menudo es posible notar la presencia de pus bajo la piel. El paciente presenta una esquina de la uña muy inflamada, con una pequeña mancha blanca o amarillenta, que es la acumulación de pus justo debajo de la epidermis.
En la forma aguda, la inflamación aparece rápidamente, apenas unas horas después de lesionarse la piel. La afección progresa rápidamente y la inflamación alcanza su punto álgido en aproximadamente 1 o 2 días.
No suele aparecer fiebre, pero si está presente, puede ser un signo de que la infección se está extendiendo. Una de las complicaciones habituales de la paroniquia es la erisipela o la celulitis.
Paroniquia crónica
La paroniquia crónica es una respuesta inflamatoria persistente a la exposición repetida a irritantes o alérgenos. La afección suele durar más de 6 semanas.
Puede producirse la colonización de la lesión por hongos o bacterias, pero se considera un hecho secundario y no el acontecimiento inicial que desencadena la inflamación.
En la forma crónica, la uña suele estar menos inflamada y no suele haber acumulación de pus. Las puntas de los dedos afectados pueden hincharse, pero el dolor y el enrojecimiento no son tan importantes. Puede inflamarse más de una uña al mismo tiempo.
En los casos de infección por hongos, la afección se desarrolla más lentamente y la inflamación tarda días en aparecer por completo.
Tratamiento
Paroniquia aguda
En la mayoría de los casos, el uñero puede tratarse simplemente con compresas calientes 3-4 veces al día y una higiene adecuada.
Si hay signos de pus, se recomienda drenarlo. Si la cantidad de pus es pequeña, un suave masaje del dedo sumergido en agua tibia suele facilitar el drenaje. Recuerde mantener la zona limpia en todo momento para evitar reinfecciones. Si la inflamación y la acumulación de pus son grandes, lo mejor es que la drene un médico. No intente exprimir los abscesos en casa.
En la mayoría de los casos no es necesario utilizar antibióticos, pero si la lesión empeora progresivamente, pueden estar indicados para evitar que las bacterias se extiendan a tejidos más profundos. Los antibióticos más empleados son la cefalexina, la amoxicilina + clavulanato o la clindamicina.
Paroniquia crónica
En casos de paroniquia crónica, las medidas más recomendables son evitar la humedad y el contacto con productos químicos en los dedos afectados.
Para acelerar la curación, pueden utilizarse pomadas que contengan antimicóticos (ketoconazol, itraconazol o fluconazol) o tacrolimus, pero las pomadas que contienen corticosteroides, como la betametasona, son las mejores opciones si no hay infección en la lesión.
REFEReNCIAS
- Paronychia – UpToDate.
- Paronychia – Harvard Health Publishing.
- Acute and Chronic Paronychia – American Family Physician.
- Paronychia – Medscape.
- Management of Chronic Paronychia – Indian journal of dermatology.
Autor(es)
Médico licenciado por la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), con títulos de especialista en Medicina Interna por la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) y de Nefrología por la Universidad Estadual de Río de Janeiro (UERJ) y por la Sociedad Brasileña de Nefrología (SBN). Actualmente vive en Lisboa, Portugal, tiene títulos reconocidos por la Universidad de Oporto y por el Colegio de Nefrología de Portugal.
Leave a Comment