¿Qué es el impétigo?
El impétigo es una infección bacteriana de la piel que afecta preferentemente a los niños entre 2 y 5 años, aunque también pueda ocurrir en adultos.
Esta infección es una enfermedad contagiosa, que aparece más a menudo en los meses de verano.
Causas
El impétigo es una infección superficial de la piel que puede ser causada por dos tipos de bacterias: Streptococcus pyogenes o Staphylococcus aureus.
Ambas bacterias suelen vivir en nuestra piel sin causarnos ningún daño. Sin embargo, a través de una pequeña herida, corte o incluso la picadura de un mosquito, pueden llegar a las capas internas de la piel y causar una infección.
¿Cómo se contrae?
Nuestra piel es colonizada por miles de millones de bacterias, siendo algunas colonizadoras persistentes y otras colonizadoras transitorias.
Generalmente, nuestra convivencia con estas bacterias no causa problemas porque la piel actúa como una armadura, evitando el contacto de gérmenes del medio externo con nuestro medio interno.
Las enfermedades infecciosas de la piel habitualmente ocurren cuando hay alguna lesión que rompe esta barrera de la piel, favoreciendo la entrada de bacterias dentro de nuestro cuerpo.
Las bacterias colonizadoras persistentes son las bacterias que viven en nuestra piel y son muy difíciles de ser eliminadas definitivamente. Sin embargo, eso no es un problema, una vez que este grupo raramente es capaz de causarnos enfermedad, incluso cuando hay lesiones en la piel.
Ya las bacterias colonizadoras transitorias son aquellas que adquirimos de otras personas por contacto directo, permaneciendo en nuestra piel solamente por un tiempo determinado.
Son esas las bacterias que suelen causar las infecciones de piel. Las dos bacterias causadoras del impétigo, Streptococcus pyogenes y Staphylococcus aureus, son bacterias colonizadoras temporales. Furúnculo, ectima, foliculitis, celulitis y erisipela son otros ejemplos de enfermedades de piel causadas por esas bacterias.
La contaminación por Streptococcus pyogenes o Staphylococcus aureus generalmente se da por el contacto directo de piel con piel, pero también puede ocurrir a través de la ropa, toalla de baño e incluso juguetes en los casos de los niños.
Algunos pacientes, tras contaminarse con estas bacterias, pueden almacenarlas en la cavidad nasal, dificultando su eliminación definitiva, permaneciendo colonizados durante mucho tiempo. Aunque se elimine la bacteria de la piel, solo tenemos que manipular la nariz con las manos para volver a contaminarnos.
Factores de riesgo
Como ya se ha mencionado, el impétigo es una infección bacteriana de la piel que se da principalmente en niños de 2 a 5 años, aunque puede afectar a personas de todas las edades. Los principales factores de riesgo del impétigo son:
- Vivir en lugares de clima cálido y húmedo.
- Contacto estrecho con personas infectadas, especialmente en zonas concurridas con niños, como escuelas y guarderías.
- Mala higiene personal, incluida la falta de higiene adecuada de las manos, de la cara o del cuerpo.
- Lesiones cutáneas existentes como eczema, psoriasis, quemaduras solares.
- Pacientes con sarna (escabiosis).
- Heridas cutáneas traumáticas, como arañazos, abrasiones o picaduras de insectos.
- Diabetes mellitus.
- Situaciones que debiliten el sistema inmunitario, como la infección por VIH o el uso de fármacos inmunosupresores.
- Pacientes colonizados por estafilococos o estreptococos.
Algunas personas tienen colonias de bacterias estafilocócicas o estreptocócicas que viven de forma natural en su nariz. Estos individuos se denominan portadores nasales o colonizados.
Los pacientes colonizados por estafilococos o estreptococos son personas que tienen la bacteria, pero a menudo son asintomáticas. Sin embargo, con el tiempo, estos portadores pueden llevar la bacteria de la nariz a otras partes de su propio cuerpo con las manos, lo que a veces provoca infecciones cutáneas recurrentes, como el impétigo, o contagia a otras personas.
Síntomas
Hay tres formas de impétigo: común, bulloso y ectima.
Impétigo común
El impétigo común, también llamado impétigo no bulloso, es la forma más común. El cuadro suele comenzar con pequeñas pápulas rojas, similares a las picaduras de mosquitos, que, sin embargo, evolucionan rápidamente para pequeñas pústulas (lesiones de pus).
Estas pústulas entran en erupción y forman lesiones costrosas con coloración dorada o color de miel. Este proceso generalmente dura una semana y las lesiones atacan preferiblemente a la cara o cráneo, pero también puede presentarse en brazos y piernas.
No es usual haber síntomas sistémicos como fiebre o malestar; sin embargo, suelen surgir algunos ganglios linfáticos dolorosos en el cuello.
Las lesiones de impétigo generalmente no duelen, pero ocasionalmente pueden causar picazón. El acto de rascarse las lesiones puede favorecer la propagación de enfermedades por manos contaminadas.
Con el tiempo las costras desaparecen, dejando pequeñas marcas rojas que desaparecen en largo plazo sin dejar una cicatriz.
Impétigo bulloso
El impétigo bulloso es causado por la bacteria Staphylococcus aureus, que es capaz de producir toxinas que causan desprendimiento de la epidermis (capa superficial de la piel), favoreciendo la aparición de ampollas.
La forma bullosa suele afectar a miembros superiores e inferiores, y aparece en glúteos y tronco con mayor frecuencia que en el impétigo común. El impétigo bulloso no suele afectar a la cara.
La lesión inicial de impétigo bulloso es igual a que del impétigo común, con pequeñas pápulas; sin embargo, evoluciona rápidamente en burbujas con contenido amarillento. La piel alrededor de las ampollas generalmente es roja y con picazón. Así como en el impétigo común, las lesiones de la forma bullosa tienden a no causar dolor.
Las ampollas frecuentemente se rompen, dejando una costra de color amarillo rojizo, que tiende a ser más grande y más duradera que en el impétigo común. En el impétigo bulloso puede haber fiebre y otros síntomas de infección, tales como malestar general y pérdida de apetito.
Las lesiones también suelen sanar sin dejar secuelas.
Ectima
El ectima es la forma más severa del impétigo, que afecta a las capas más profundas de la piel. Generalmente, son lesiones que evolucionan a la formación de úlceras en la piel que puede drenar pus. Estas úlceras suelen convertirse en costras gruesas y amarillentas, con bordes rojos, que se curan lentamente, dejando cicatrices. No es frecuente fiebre en el ectima.
El ectima afecta más frecuentemente a los miembros inferiores y puede ser causada tanto por Streptococcus pyogenes como por Staphylococcus aureus.
Cualquiera de las tres presentaciones de impétigo puede complicarse con fiebre reumática o glomerulonefritis. Otra complicación frecuente es la evolución de la lesión a celulitis o erisipela, infecciones más graves, ya que afectan a capas más profundas de la piel.
Imágenes de impétigo
Tratamiento
El impétigo no suele ser una infección grave y, a menudo, desaparece por sí solo. Sin embargo, el tratamiento con antibióticos suele estar indicado para reducir la posibilidad de contaminación de otras personas, acelerar la resolución de las lesiones y reducir el riesgo de complicaciones.
Si las lesiones son muy discretas, se puede hacer el tratamiento solamente con una buena higiene y antibióticos tópicos. Lo más indicado es el ungüento de Mupirocina (Bactroban®) o Retapamulin dos a tres veces al día.
Cuando las lesiones son muy generalizadas o se hay impétigo bulloso o ectima, el tratamiento se realiza generalmente con antibióticos orales durante 7 días. Los más utilizados son:
- Cefalexina.
- Dicloxacilina.
- Doxiciclina.
- Trimetoprim-sulfametoxazol.
- Clindamicina.
Referencias
- Impetigo – UpToDate.
- The Global Epidemiology of Impetigo: A Systematic Review of the Population Prevalence of Impetigo and Pyoderma – PloS one.
- Natural history of impetigo. II. Etiologic agents and bacterial interactions – The Journal of clinical investigation.
- Interventions for impetigo – The Cochrane database of systematic reviews.
- Treatment of impetigo in resource-limited settings – The Lancet.
Autor(es)
Médico licenciado por la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), con títulos de especialista en Medicina Interna por la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) y de Nefrología por la Universidad Estadual de Río de Janeiro (UERJ) y por la Sociedad Brasileña de Nefrología (SBN). Actualmente vive en Lisboa, Portugal, tiene títulos reconocidos por la Universidad de Oporto y por el Colegio de Nefrología de Portugal.
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