¿Qué es un quiste?
El quiste es básicamente una colección líquida o semilíquida rodeada por una membrana, formando una especie de monedero o bolsa. En pocas palabras, un quiste es una ampolla llena de líquido
Los quistes que surgen en los riñones son estructuras similares a los quistes que surgen en otras partes del cuerpo, como el quiste de ovario, quiste da mama o quiste sinovial. En realidad, los quistes pueden surgir en prácticamente cualquier lugar del cuerpo, desde el cerebro hasta la piel.
En la inmensa mayoría de los casos, los quistes son lesiones benignas, no provocan síntomas y no necesitan tratamiento. La remoción del quiste solamente suele ser necesaria cuando presenta uno de los siguientes criterios:
- Cuando a través de los exámenes de imagen no es posible distinguir con claridad si la lesión es verdaderamente un quiste o un posible tumor maligno.
- Cuando el quiste crece mucho y comprime estructuras a su alrededor.
- Cuando el quiste provoca cambios estéticos, como en los casos de quistes en la piel o en las articulaciones.
- Cuando el contenido líquido del quiste se infecta por bacterias y se transforma en un absceso.
¿Qué es el quiste renal?
El quiste renal no es más que un quiste que aparece en uno de los riñones.
La presencia de un quiste renal es un hallazgo bastante común, principalmente en la población anciana. La prevalencia de los quistes renales en la población varía de estudio para estudio, pero se estima que en las personas mayores de 50 años se sitúa entre el 30 y el 50%. El quiste renal es como el pelos blancos en la cabeza, no hace mal alguno y cuanto más vieja es la persona, mayor es la oportunidad de tenerlos.
En la mayoría de los casos, el quiste es completamente asintomático y el diagnóstico se realiza de forma accidental a través de una ecografía o tomografía computarizada de abdomen solicitada por cualquier otro motivo.
Quiste simple o quiste complejo
Un quiste renal no es un tipo de cáncer ni tiene riesgo de convertirse en cáncer. Quiste es quiste, cáncer es cáncer. Sin embargo, existen algunos tipos de cáncer que pueden tener aspecto parecido al de un quiste. Por lo tanto, cada vez que un quiste renal sea identificado en la ecografía, es importante que el radiólogo nos diga si la lesión es realmente un quiste o si es una lesión más compleja con características que pueden sugerir un tumor maligno.
Para ayudar en esta distinción, los quistes renales se clasifican en quistes simples y quistes complejos. Denominamos quiste simple aquel que es rellenado solamente por líquido y presenta una forma redondeada y bien regular, como en la imagen anterior. Los quistes complejos son aquellos que presentan en su interior algún material sólido, a veces con septos, áreas de fibrosis y contornos irregulares.
Mientras que todos los quistes simples son necesariamente lesiones benignas, los quistes complejos pueden o no ser tumores malignos. Algunos quistes complejos son solamente quistes con algún grado de calcificación, fibrosis o sangrado en su interior. A pesar de no tener apariencia de quiste simple en la ecografía, no dejan de ser una lesión benigna.
El problema es que el examen de ecografía no siempre es capaz de hacer esta distinción entre quistes complejos benignos y malignos. Cuando las características del quiste no permiten hacer esta diferenciación con seguridad, la realización de una tomografía computarizada suele ser indicada. Además de la realización de la tomografía computarizada, lo ideal es que todos los pacientes con quiste renal complejo sean evaluados por un urólogo.
Clasificación de Bosniak
La clasificación de Bosniak, que va de I a IV, fue creada para estandarizar la descripción de las características de los quistes renales en la tomografía computarizada. A partir del resultado de Bosniak, el urólogo definirá su conducta.
- Bosniak I es un quiste renal simples y benigno.
- Bosniak II también es un quiste renal benigno, pero que contiene algunos septos y discretas calcificaciones que pueden ser confundidos en la ecografía.
- Bosniak IIF es el quiste con más septos y con paredes más gruesas que los de la categoría II, pero aún no tan groseros como el de la categoría III. La categoría IIF también incluye lesiones totalmente intrarrenales con diámetro superior a 3 cm.
- Bosniak III son quistes gruesos con paredes gruesas, varios septos y material denso en su interior. Puede ser un cáncer, pero también un quiste que sangró o que ha sido infectado. Este hallazgo indica que el médico debe profundizar en la investigación de la lesión.
- Bosniak VI son los quistes renales con características de cáncer.
Conducta de acuerdo con la clasificación de Bosniak
- Los quistes Bosniak I y II son benignos. El médico puede solicitar un nuevo examen de imagen después de 1 año para asegurarse de que el quiste mantiene las mismas características. Si mantienen el mismo aspecto, no es necesario mantener el seguimiento.
- Los quistes Bosniak IIF son probablemente benignos, pero deben ser acompañados con exámenes anuales para ver si sus características cambian. En caso de duda, deben ser tratados como si fuesen Bosniak III.
- Los quistes Bosniak III deben ser mejor evaluados con biopsia guiada por imagen o mediante cirugía.
- Los quistes Bosniak IV siempre deben ser operados, ya que más del 85% de ellos son cánceres.
Síntomas
Los quistes simples prácticamente no presentan relevancia clínica. Muy raramente el quiste es lo suficientemente grande para causar algún síntoma, como dolor lumbar. Las hemorragias e infecciones del quiste pueden ocurrir, pero también son inusuales.
Muchos pacientes usan el hallazgo del quiste en uno de los riñones para justificar algún eventual dolor lumbar que sientan, pero el hecho es que el 99% de los quistes renales son pequeños y asintomáticos. Si tienes dolor lumbar, a menos que tu quiste tenga varios centímetros de diámetro (generalmente más de 10 cm), la causa más probable del dolor es un problema en la columna lumbar y no el quiste renal.
¿Cuándo el quiste renal simple debe preocupar?
Si en personas mayores de 50 años el quiste simple es común, su hallazgo en personas muy jóvenes, principalmente si no es un quiste solitario, debe levantar sospechas de enfermedad poliquística renal (poliquistosis renal) en etapas iniciales.
A diferencia de los quistes simples, la enfermedad renal poliquística se inicia en adultos jóvenes y se caracteriza por la progresiva aparición de decenas de quistes a lo largo de la vida. Esta es considerada una enfermedad y debe ser seguida de cerca por un nefrólogo, pues suele, después de décadas, llevar a la insuficiencia renal crónica.
En la enfermedad poliquística renal, los quistes crecen descontroladamente, ocupando un espacio que debería ser del tejido renal normal, llevando a la destrucción del riñón a lo largo de los años.
¿Cómo distinguir los riñones poliquísticos de los quistes renales simples múltiples?
El diagnóstico de poliquistosis renal autosómica dominante se suele realizar mediante ecografía y la búsqueda de los genes PKD1 y PKD2.
Como la investigación genética no siempre está disponible en los laboratorios, la ecografía acaba siendo en la práctica el método más utilizado.
Si existe un caso de poliquistosis renal en la familia, se debe investigar a todos los familiares de primer grado (padres y hermanos) mayores de 18 años.
- Para personas entre 15 y 39 años: consideramos poliquistosis renal si hay al menos tres quistes renales. Pueden ser 3 quistes en un solo riñón o dos quistes en un riñón y uno en el otro.
- Para personas de 40 a 59 años de edad: debe haber al menos dos quistes en cada riñón.
- Para personas de 60 años o más, debe haber al menos cuatro quistes en cada riñón.
En ausencia de antecedentes familiares, el diagnóstico debe sospecharse si el paciente tiene 10 o más quistes en cada riñón. La presencia de quistes hepáticos refuerza la sospecha.
Si tienes más quistes que el establecido en los criterios arriba, busca un nefrólogo para investigar la posibilidad de tener riñones poliquísticos.
Nomenclatura de la ecografía
Sería bueno si en toda ecografía el radiólogo describiese un quiste simple como tal. Sin embargo, muchas veces el informe del examen es hecho solamente de forma descriptiva, o sea, el radiólogo solamente dice lo que vio, sin comprometerse con un diagnóstico.
Cuando no hay mayores descripciones sobre el aspecto del quiste, se trata de un quiste simple, ya que si el quiste era complejo, el radiólogo tendría la obligación de describirlo como tal.
En algunos casos, ni la palabra quiste se utiliza en el informe de la ecografía. Como los quistes simples están compuestos por líquidos, su densidad es menor que la del tejido renal. Por lo tanto, en la ecografía se presentan como una imagen más oscurecida que el resto del riñón, pudiendo ser descritos con términos como: imagen o nódulo anecoico, anecoide, anecogénico, hipoecóico o hipoecogénico. Todos estos términos solamente indican que la estructura refleja poco el sonido emitido por el aparato de ultrasonido, siendo esa la característica de los quistes.
El informe de la ecografía suele todavía traer la localización anatómica del quiste como, por ejemplo, quiste cortical, en los casos de quistes localizados en la región más superficial de los riñones, llamada corteza renal, o quiste parapielico, como en los casos de quistes localizados cerca de la pelvis renal.
Luego, si el resultado de su ecografía trae un informe diciendo algo como: nódulo cortical hipoecogénico midiendo 12 mm x 13 mm, esto solamente indica un quiste simple en la corteza renal con cerca de 1,2 cm de tamaño.
Por otro lado, si el informe menciona un nódulo exofítico, quiste complejo, quiste de contenido heterogéneo o quiste no puro, significa que las características de la lesión no son totalmente benignas. En estos casos, es necesario ver mejor la imagen a través de una tomografía computarizada o resonancia magnética.
Tratamiento
En la mayoría de los casos no hay indicación para tratar los quistes renales. Su aparición forma parte del proceso natural de envejecimiento y no suele causar ningún síntoma o complicación.
En los casos en que el quiste es muy grande y causa dolor, generalmente por encima de los 5-10 cm, se puede aspirar o retirarlo por cirugía. De la misma manera, si hay una infección del quiste que no responda al tratamiento con antibiótico, la remoción quirúrgica del mismo puede ser indicada.
Cabe resaltar, sin embargo, que la necesidad de operar un quiste renal es algo muy poco común. Es normal que el paciente tenga uno o más quistes renales durante años y ni siquiera sospeche que los tiene.
Referencias
- Simple and complex renal cysts in adults – UpToDate.
- Diagnosis of and screening for autosomal dominant polycystic kidney disease – UpToDate.
- Benign renal tumors – Campbell-Walsh Urology. 10th ed. Philadelphia, Pa.: Saunders Elsevier; 2012.
- Simple Kidney Cysts – National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases.
- Guidelines on the management of renal cyst disease – Canadian Urological Association.
- Renal cyst – Radiopaedia.org
Autor(es)