Apnea del sueño: qué es, síntomas y tratamiento

Dr. Pedro Pinheiro

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¿Qué es la apnea obstructiva del sueño?

La apnea del sueño, también conocida como síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS), es un trastorno causado por frecuentes obstrucciones parciales o completas de las vías respiratorias durante el sueño, lo que lleva a episodios repetidos de cese de la respiración mientras el paciente duerme.

Cualquier persona puede desarrollar apnea obstructiva del sueño, aunque sea mucho más común en individuos con más de 60 años, obesos o fumadores.

Si roncas mucho, te despiertas súbitamente durante la noche con una sensación de estar ahogando y sientes mucho sueño durante el día, hay una gran posibilidad de que estés siendo afectado por el síndrome de apnea obstructiva del sueño.

En este artículo vamos a explicar la apnea obstructiva del sueño, haciendo hincapié en las causas, los factores de riesgo, el diagnóstico, los síntomas y las opciones de tratamiento.

Si estás buscando informaciones sobre el ronquido simple, que ocurre sin la presencia del síndrome de apnea obstructiva del sueño, accede al siguiente artículo: Cómo dejar de roncar.

¿Cómo surge?

La apnea obstructiva del sueño es un trastorno caracterizado por interrupciones cortas y repetidas de la respiración durante el sueño. Se produce cuando los músculos de las vías respiratorias superiores se relajan mientras dormimos, causando un colapso en los tejidos blandos en la parte de tras de la garganta, bloqueando el pasaje del aire en dirección a los pulmones (ve la ilustración a continuación).

apnea del sueño
Apnea obstructiva del sueño

La relajación y el consecuente colapso de los músculos de la faringe pueden provocar reducciones parciales o totales de la respiración, eventos que reciben, respectivamente, los nombres de hipopnea y apnea. Los episodios de obstrucción respiratoria generalmente duran entre 10 y 30 segundos, pero algunos pueden durar más de un minuto, causando una reducción significativa en la saturación de oxígeno en la sangre.

La caída abrupta en la tasa de oxigenación de la sangre alerta el cerebro, que responde provocando una súbita interrupción del sueño para que el individuo pueda volver a respirar. Este patrón de obstrucción de las vías aéreas, seguida de interrupción del sueño, puede ocurrir docenas de veces en una noche.

El paciente puede despertarse de pronto, con la sensación de asfixia o ahogo; sin embargo, en casos menos severos, la superficialidad del sueño puede ser tan efímera que el individuo vuelve a dormir inmediatamente y no se recuerda de tener despertado.

El resultado de la apnea del sueño es un patrón de sueño fragmentado, no restaurador, que frecuentemente resulta en un nivel excesivo de somnolencia durante el día, y lo más curioso es que muchos pacientes todavía no sospechan que la causa del sueño excesivo es el hecho de estar durmiendo mal, ya que no recuerdan de despertar varias veces durante la noche.

Fatores de riesgo

El síndrome de apnea obstructiva del sueño es un trastorno muy común. Se estima que aproximadamente un 20 a 30% de la población masculina adulta y un 10 a 15% de la población femenina adulta sufren de este mal. Sin embargo, solamente una minoría de estas personas tiene el diagnóstico establecido adecuadamente por un médico.

La relajación de los músculos respiratorios es común durante el sueño y en la mayoría de la gente no es lo suficientemente intensa para causar obstrucción al flujo de aire. Para que ocurra el síndrome de apnea obstructiva del sueño, algunos otros factores necesitan estar presentes. La obesidad, la edad avanzada, el tabaquismo, la historia familiar y los cambios de la anatomía de las vías respiratorias suelen ser los más importantes factores de riesgo. Pero no son los únicos.

A continuación, vamos a describir los más comunes factores de riesgo para el SAOS.

  • Edad: la apnea del sueño es rara en niños y se vuelve más común a medida que envejecemos. A partir de 50 años, se convierte en muy frecuente.
  • Obesidad: probablemente lo más importante factor de riesgo es el exceso de peso. Solamente el 10% de los hombres con IMC normal tiene SAOS, mientras que entre los hombres con un IMC superior a 30 kg/m ² esta tasa es más del 60% (Lee: Cómo calcular el IMC).
  • Género: el SAOS es 2 a 3 veces más común en hombres. No obstante, a partir de la menopausia, esta diferencia se reduce bastante.
  • Anomalías anatómicas: cambios en los huesos del cráneo, principalmente en la mandíbula o en el maxilar, hipertrofia de las amígdalas, hipertrofia de adenoides, desviación de tabique, pólipos nasales o tener un cuello pequeño y ancho, son factores que favorecen la aparición de la apnea obstructiva del sueño.
  • Congestión nasal: individuos con rinitis frecuentes también presentan mayor riesgo (lee: Congestión nasal: cómo destapar la nariz).
  • Cigarrillo: el SAOS es 3 veces más común en fumadores que en no fumadores.
  • Alcohol: el consumo de alcohol aumenta la relajación de la musculatura de la faringe durante el sueño, favoreciendo la aparición de la obstrucción de las vías aéreas.
  • Dormir boca arriba: la posición que más favorece la obstrucción de las vías respiratorias es la posición supina, que es la posición boca arriba. De esta manera, además del colapso de los músculos de la faringe, también existe un gran riesgo de caída de la lengua hacia la garganta.

Síntomas

La somnolencia diurna es uno de los síntomas más comunes del SAOS, siendo frecuentemente uno de los motivos que llevan el paciente a buscar ayuda médica. Es importante saber distinguir la somnolencia de la fatiga (cansancio). La primera es una incapacidad de permanecer totalmente despierto o alerta durante el día, mientras que la fatiga es una queja subjetiva de falta de energía física o mental.

Inicialmente, la somnolencia durante el día puede pasar desapercibida o ser subestimada, porque el cuadro generalmente se desarrolla lentamente durante meses o años. El paciente puede describir el síntoma como somnolencia, usando otros términos, tales como fatiga, cansancio, desánimo o falta de energía.

Sin embargo, si el paciente es interrogado cuidadosamente, generalmente revela un patrón de somnolencia excesiva, con adormecimientos frecuentes durante situaciones pasivas o aburridas, como lecturas, clases, misas, ver televisión, ir al cine o inclusive mientras conduce un coche.

El consumo excesivo de café durante el día también puede ser un signo de la somnolencia diurna excesiva.

Algunos pacientes se quejan más de insomnio que somnolencia diurna. Esto ocurre, generalmente, en individuos con episodios repetidos de apnea durante el sueño, lo que impide la entrada del paciente en la etapa de sueño profundo. Este tipo de queja es más común en las mujeres.

El ronquido durante el sueño es otra característica típica de apnea obstructiva del sueño. Cabe aquí una aclaración: no todos los pacientes que roncan tienen apnea obstructiva del sueño, pero más del 90% de los pacientes con SAOS roncan. Así, dicho de otra manera, la existencia de ronquidos no es suficiente para cerrar el diagnóstico de apnea del sueño, pero su ausencia hace el SAOS una posibilidad poco probable.

El síndrome de apnea obstructiva del sueño no debe ser la primera hipótesis diagnóstica en individuos flacos con ronquido ligero, pero es un escenario probable en el caso de personas con sobrepeso y ronquido fuerte.

La presencia de la pareja o de cualquier familiar que duerma en la misma casa suele ser importante durante la cita con el médico, ya que, habitualmente, tienen un conocimiento sobre el patrón del sueño mejor que el propio paciente. Eventos asociados al sueño, tales como ronquidos, periodos de interrupción de la respiración, agitación nocturna, ahogos o episodios súbitos de despertar sobresaltado son más fácilmente constatados por quien está al lado.

Además de la somnolencia diurna y del ronquido, hay otros signos y síntomas frecuentemente asociados con el síndrome de apnea obstructiva del sueño. Son ellos:

  • Despertar repentinamente con una sensación de asfixia, ahogamiento o atraganto.
  • Despertar frecuentemente con boca seca o dolor de garganta.
  • Períodos de interrupción de la respiración durante el sueño durante por lo menos 10 segundos de duración.
  • Mal humor o irritabilidad frecuentes.
  • Falta de concentración.
  • Lapsos de memoria.
  • Dolor de cabeza matinal.
  • Disminución de la libido o impotencia.
  • Despertar con dolor en el pecho.
  • Pesadillas frecuentes.
  • Necesidad frecuente de orinar durante la madrugada.
  • Síntomas de fibromialgia.

Complicaciones

Los pacientes con apnea obstructiva del sueño tienen un mayor riesgo de accidentes o de desarrollar enfermedades clínicas.

Accidentes

Los accidentes de tránsito son dos a tres veces más comunes entre pacientes con SAOS que en la población general. Individuos con apnea del sueño no deben conducir vehículos, operar maquinaria pesada ni recibir responsabilidades que requieren supervisión cuidadosa.

Enfermedades cardiovasculares

Pacientes con SAOS, especialmente en casos moderados a severos, están bajo mayor riesgo de desarrollar una amplia gama de complicaciones cardiovasculares, incluyendo hipertensión arterial, hipertensión pulmonar, enfermedad cardíaca, arritmias cardíacas, insuficiencia cardíaca y accidente cerebrovascular.

Diabetes y síndrome metabólico

Pacientes con apnea obstructiva del sueño presentan una mayor prevalencia de prediabetes, diabetes y síndrome metabólico. Aunque estas enfermedades se relacionen claramente con la obesidad, la existencia del SAOS es un factor de riesgo adicional.

Depresión

Varios estudios han demostrado que los pacientes con SAOS presentan una incidencia de aproximadamente el doble de depresión que el resto de la población.

Complicaciones operatorias

Pacientes con apnea obstructiva del sueño, que necesitan ser operados por cualquier razón, están bajo un mayor riesgo de complicaciones quirúrgicas, como insuficiencia respiratoria aguda, eventos cardiacos en el postoperatorio o necesidad de conducción del postoperatorio en unidades de cuidados intensivos.

Mortalidad

Los pacientes con SAOS severa y no tratada tiene dos a tres veces mayor riesgo de mortalidad, por alguna razón, en comparación con personas sin este trastorno.

Diagnóstico

Pacientes con una historia clínica que plantee la sospecha de apnea del sueño deben ser evaluados con una prueba de polisomnografía, que generalmente es realizada en centros especializados en el tratamiento de trastornos del sueño.

La polisomnografía es un examen no invasivo, en el cual el paciente duerme mientras el médico hace un registro completo de la actividad del cuerpo, incluyendo la actividad eléctrica del cerebro, corazón y frecuencia respiratoria, tono muscular, movimientos oculares y tasa de oxigenación de la sangre.

En los adultos, generalmente se confirma el diagnóstico de SAOS si al menos una de las dos siguientes situaciones existir durante la polisomnografía:

1. Cinco o más eventos respiratorios obstructivos, como apneas, hipopnea o despertar repentino con dificultad respiratoria, por cada hora de sueño, asociados con, por lo menos, un síntoma típico del SAOS descrito en el tópico anterior

2. Quince o más eventos respiratorios obstructivos por hora de sueño, independientemente de la presencia de otros síntomas del SAOS.

Severidad

Los pacientes que cumplen los criterios para el diagnóstico de SAOS se clasifican, tradicionalmente, como portadores de enfermedad leve, moderada o grave, basada en los síntomas y en los resultados de la polisomnografía

Apnea obstructiva del sueño leve

Pacientes con 5 a 15 eventos respiratorios por hora de sueño. Estos pacientes suelen tener pocos síntomas y la somnolencia durante el día es suave, no pudiendo afectar a la calidad de vida. Complicaciones cardiovasculares generalmente no ocurren.

Apnea obstructiva del sueño moderada

Pacientes con 15 a 30 eventos respiratorios por hora de sueño. Estos pacientes generalmente se dan cuenta de relevante somnolencia diurna, que es capaz de interferir con las actividades diarias. En este grupo hay una mayor incidencia de accidentes automovilísticos, y complicaciones, como la hipertensión arterial, ya pueden existir.

Apnea obstructiva del sueño severa

Pacientes con más de 30 eventos respiratorios por hora de sueño o que presentan en la polisomnografía caídas importantes en el índice de saturación de oxígeno de la sangre (oximetría por debajo de un 90%) en por lo menos 1/5 del tiempo del examen. Estos pacientes tienen gran somnolencia durante el día y tienden a dormir muchas veces durante el día, inclusive sentados.

Pacientes con SAOS severa tienen un mayor riesgo de mortalidad en virtud de complicaciones cardiovasculares o accidentes.

Tratamiento

El tratamiento del SAOS tiene como objetivo poner fin o mejorar los episodios de apnea o hipopnea y mejorar la saturación de oxígeno en la sangre durante el sueño. En los casos leves, simples medidas pueden ser eficaces. En las formas más severas, pueden ser necesarios equipos respiratorios.

Cambios en el estilo de vida

Lo más importante es bajar de peso si el paciente tiene un IMC por encima de 25 kg/m². La práctica de ejercicios físicos regulares también ayuda. Disminuir el consumo de bebidas alcohólicas y suspender el cigarrillo es esencial.

Evitar dormir boca arriba puede ayudar a reducir el número de eventos respiratorios durante el sueño.

Medicamentos para dormir, tales como los medicamentos ansiolíticos, no pueden ser tomados sin orientación médica, ya que pueden aumentar el riesgo de apnea del sueño.

CPAP

El CPAP es una sigla que significa Continuous Positive Airway Pressure (presión positiva continua en las vías respiratorias). Es un método muy eficaz para las formas moderadas y severas de la apnea del sueño.

El CPAP es un tratamiento que involucra el uso de una máquina respiratoria que suministra aire a presión a través de una mascarilla que debe adjuntarse al paciente antes de dormir. El CPAP reduce el número de eventos respiratorios en la noche, reduce la somnolencia durante el día y mejora la calidad de vida del paciente.

Aunque el CPAP es el método más exitoso y más comúnmente utilizado para el tratamiento de la apnea obstructiva del sueño, algunas personas creen que la mascarilla es incómoda o la máquina ruidosa. Las últimas máquinas, sin embargo, son más pequeñas y producen menos ruido que las máquinas más antiguas.

Aparatos orales

Para los pacientes con SAOS leve o moderado que no toleran o no quieren tratamiento con CPAP, un aparato bucal que acierta el posicionamiento de la mandíbula y de la lengua es una alternativa posible. El CPAP es, generalmente, más eficaz, pero la mayoría de los pacientes termina adaptándose mejor al aparato oral. Como la adherencia al tratamiento es un aspecto esencial del éxito, el uso de aparatos orales es una alternativa aceptable.

En los casos de SAOS severo, sin embargo, solamente el CPAP es una opción eficaz.

Cirugía

Si ninguno de los tratamientos funcionar, una cirugía para corregir los cambios anatómicos puede ser la solución. La cirugía, no obstante, se reserva para casos concretos y solamente es indicada después de una evaluación médica cuidadosa.


Referencias


Autor(es)

Médico licenciado por la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), con títulos de especialista en Medicina Interna por la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) y de Nefrología por la Universidad Estadual de Río de Janeiro (UERJ) y por la Sociedad Brasileña de Nefrología (SBN). Actualmente vive en Lisboa, Portugal, tiene títulos reconocidos por la Universidad de Oporto y por el Colegio de Nefrología de Portugal.

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